11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

viernes, 15 de diciembre de 2006

"Algo para recordar" (1957).


-- "An Affair to Remember" (título original en inglés), "Tú y yo" (título en España). Estados Unidos. Año 1957.
-- Dirección: Leo McCarey.
-- Actuación: Cary Grant, Deborah Kerr, Richard Denning, Neva Patterson, Cathleen Nesbitt, Robert Q. Lewis, Charles Watts, Fortunio Bonanova.
-- Guión: Delmer Daves, Donald Ogden Stewart y Leo McCarey, basados en una historia de este último y de Mildred Cram.
-- Banda Sonora: Hugo Friedhofer.

-- "Algo para recordar" en IMDb.
-- "Algo para recordar" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

A bordo de un lindo y costosísimo trasatlántico, de la clase que nosotros los humildes mortales sólo veremos por filmes como éstos (en particular porque los desguazan en la actualidad a un ritmo de órdago, y es que la gente es tan poco romántica que prefiere hoy en día el avión), viaja un galán que se va a casar con una linda heredera de 600 millones de dólares (con ese dinero, cualquiera es linda). Pero a este galán hábil en el arte de quebrar corazones, se le cruza una pelirroja en el trasatlántico. Aunque hacen lo imposible, el caso es que se notan muchos los miñumiñus y todos los pasajeros se dan cuenta de que algo pasa ahí (y los miran con cara de "¿cuántas veces afilaron anoche?"). Aunque ambos están comprometidos, cada uno por su lado, a él no se le ocurre nada mejor que invitarla a conocer a su abuelita. Ella, en vez de responder que se vaya a la casa de su abuelita, o me importa tu abuela todo, accede. La pasan tan bien, que quizás haya algo más, y eso, como se estilaba en la época, o sea, sin mostrar pechos turgentes ni nada (hay que ver lo pasados por agua tibia que eran los galanes de la época). Cuando el trasatlántico llega a puerto, ambos se comprometen a que si el, ejem, asuntillo, marcha en serio, y si es que King Kong no está masacrando aviones en el Empire State Building, se encontrarán en el último piso del mentado edificio. Pasan los meses, él se dedica a su verdadera vocación de pintor, y ella por su parte vuelve al mundo de las candilejas, porque es que verán, ella era una mantenida de su noviecito, pero es que por amol, amol, amol... Parece que todo va bien, pero queda aún una siniestra jugarreta del destino, que los someterá a una prueba suprema, y... A pesar de que esta película la ha visto medio planeta y el giro de la trama es más conocido que la identidad del padre de Luke Skywalker, puede haber gente que no se haya enterado, así es que lo dejaremos así.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En la década de los '50s, de la prosperidad de postguerra y el baby boom (¡y es que parece que en esos años los yankis follaban como locos!) se impuso un tipo de filmes rodeados de mucho chic y sofisticación. En los '40s también, pero a medias, y eso involucraba clubes nocturnos y cosas así, mientras que en los '50s, involucraba Europa, trasatlánticos... (algo de eso comentamos en "Charada", en la que por cierto también actuaba Cary Grant). Uno de los mejores ejemplos de esto es "Algo para recordar", en la cual la primera mitad de la película (la mejor, probablemente) transcurre precisamente en esa clase de escenarios. En aquellos años, mucho del cine que se hacía en Hollywood tenía una vocación claramente atemporal. O sea, se trataba de contar la historia de acción perfecta, la historia romántica perfecta, la historia de aventuras perfecta... Era Eisenhower, que algunos la llaman.

¿POR QUÉ VERLA?

-- La pareja protagónica. No diremos que están inmensos como la vida, pero en verdad hacen el romance creíble. Decir eso de Cary Grant, uno de los galanes más grandes que ha producido el cine desde que Hollywood es Hollywood, no es realmente una novedad, pero afirmarlo de la por lo general desangelada Deborah Kerr es algo grande. En las partes de comedia, Deborah Kerr brilla como Sirio B, pero en las de drama desluce un poco (no tanto como en otras cintas, por lo demás). En aquellos años, dicho sea de paso, ambos actores estaban en la gloria, ya que Grant rondaba en "Para atrapar al ladrón", "Intriga internacional", "Operación Petticoat" y "Charada", mientras que la Kerr brillaba (es un decir) en "Quo Vadis", "De aquí a la eternidad", "El rey y yo" y "La noche de la iguana". El derroche de talento que ambos despliegan queda de manifiesto en particular si se considera que en otras manos este filme hubiera sido probablemente un desastre; no en balde tiene algunos obvios problemas de ritmo, por no hablar de una trama que hace agua por todas partes. Hay que ser muy buen actor para levantar una cosa como ésta, y transformarla en un clásico del cine.

-- Esta cinta ha sido aplaudida como una de las películas más románticas de todos los tiempos. Frente a eso, seamos sinceros. Puede que en 1957 haya partido y remendado una surtida cantidad de corazones, pero para los estándares de medio siglo después, huele a culebrón venezolano a la legua, y ya no hablemos del quiebre de la mitad de la cinta, o de su final para verlo picando cebolla. Para que nos entendamos: sigue siendo una gran película romántica, pero hay algunas cosas que desentonan. El señor McCarey, que funge de director, demuestra no tener muy clara la receta para mezclar comedia y drama, y la película demuestra así no tener una dirección muy clara (en los dos sentidos posibles, de dirección de actores o dirección de intencionalidad). Y cuando venía el momento de tirar toda la carne a la parrilla, en un grande finale, pues... que la película acaba muy rápido (y mejor no acordarse del parlamento final de la Kerr, toda una oda al kitsch romántico condensada en poquitas palabras). Y ya no nos acordemos de los insufribles números musicales protagonizados por esos pequeños bajitos, que debieron quedar muy tiernuchos en aquellos años, pero que hoy en día están de extirpar por todo medio quirúrgico posible. No es que el señor McCarey tenga un currículum muy lucido, como que su otro punto álgido es "Historia de amor" de 1939... De la que "Algo para recordar" es un remake (luego dicen que es de hoy cuando a Hollywood se le acabó la creatividad).

-- Para los fanáticos de "Sintonía de amor", esta es la peli que inspiró ese clásico (¿?) romántico (¿?) de los '90s (¡!). Así es que si a usted le gustó hornear galletas y servirse el tecito con Nora Ephron (y es que no se crean, hay engendros psiquiátricos a quienes podría gustarles eso), vaya y vea el original. Entre Grant y Hanks, y entre Kerr y Ryan, quédese con los originales, y lo mismo vale para la historia.

IDEAL PARA: Ver un culebrón clásico y sufrido, sufrido, sufrido, sufridísimo...

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