11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 30 de octubre de 2008

"La carga de la Brigada Ligera" (1936).


-- "The Charge of the Light Brigade". Estados Unidos. Año 1936.
-- Dirección: Michael Curtiz.
-- Actuación: Errol Flynn, Olivia de Havilland, Patric Knowles, Henry Stephenson, Nigel Bruce, Donald Crisp, David Niven, C. Henry Gordon, G.P. Huntley, Robert Barrat, Spring Byington, E.E. Clive, J. Carrol Naish, Walter Holbrook, Princess Baba.
-- Guión: Rowland Leigh y Michael Jacoby, sobre una historia de este último, basados en el poema de Alfred Lord Tennyson.
-- Banda Sonora: Max Steiner.

-- "La carga de la Brigada Ligera" en IMDb.
-- "La carga de la Brigada Ligera" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La India, el subcontinente del misterio, a mediados del XIX (o sea, medio siglo antes del surgimiento de ese cine con acrobacias que es Bollywood.) Una expedición diplomática llega hasta la corte de Surat Khan, un reyezuelo de la India, con una misión importantísima. Resulta que el padre de Surat Khan ha muerto, y con esto Su Majestad Real E Imperial, La Mano De Dios Sobre Los Paganos De La Tierra, Doña Victoria I de Inglaterra, declara por terminado un acuerdo por el cual la monarquía británica subvencionaba a Surat Khan. Este encaja el golpe del imperialismo british con gracia y elegancia, e incluso hace buenas migas con el Capitán Vickers, que le salva la vida disparándole a un tigre que, durante una cacería, había descubierto una buena oportunidad de obtener merienda humana. (Ya sé lo que se están preguntando, what the hell tiene esto que ver con la Carga de la Brigada Ligera, que no fue en la India sino en Crimea, a media Eurasia de distancia. Por favor, dénme tiempo, yo a estas alturas de la peli también me preguntaba lo mismo, y me lo pregunté los cuatro quintos restantes de la misma). Al regreso de la misión, el Capitán Vickers se encuentra con su noviecita, pero resulta que... ¡ups! ...en su ausencia, el hermano del Capitán y la noviecita le han puesto frondosa cornamenta a nuestro héroe, a la remilgada manera decimonónica que se estilaba entonces, pero es que oigan, cuernos son cuernos en cualquier época, opinan los alces. Y el pobre Capitán, sin enterarse de nada, porque su atención está puesta, como no, en Inglaterra y su ejército, que como buen caballero cumplido, qué se iba a imaginar que su novia se la pegaba con su hermano. En fin... Resulta que en la frontera, Surat Khan no es tan bondadoso como parecía, porque al desgraciao se le ocurre que a lo mejor debería, ¡miren cuánta infamia!, pensar en sus propios intereses en vez de los intereses ingleses, y con la ayuda del Oso Ruso, ávido de abrirse paso hacia el mar, y empieza a hostigar a los puestos fronterizos ingleses en la India. Esto desencadenará una catarata de sucesos en que nuestro Capitán Vickers deberá luchar contra su antiguo amigo Surat Khan, el traidor (no es un europeo, es un indostaní, y como todas esas razas inferiores, si piensa por sí mismo es un bellaco, ¿OK?), y además contra el triángulo amoroso que se ha armado a sus espaldas. La catarata de sucesos subsiguientes terminará, por supuesto que no en la India, sino en la famosa Carga de la Brigada Ligera del título, en los campos de batalla rusos. Maravillas de la globalización...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Pocos ejemplos históricos se conocen de mitificación tan absoluta, como la famosa Carga de la Brigada Ligera. El Oso Ruso querría salidha al marr, a cualquierr marr, tovarrich, y estuvo en un tris de obtenerla por el decadentísimo Imperio Otomano, de no ser porque éste fue auxiliado por Francia y Rusia (la llamada Guerra de Crimea). Dentro de ella, la Carga de la Brigada Ligera se hizo conocida como uno de los más famosos y archiestudiados ejemplos de incompetencia militar. Básicamente, fue un ejército de algo más de 600 jinetes a los que un puñado de órdenes confusas desde el Alto Mando, hizo cargar colina arriba contra un bien parapetado fortín ruso en la cima, erizado de artillería, con el resultado de que sólo una cuarta parte de los jinetes salió ileso del asunto (pensándolo bien, mejor posteo esto en largo para Siglos Curiosos). Pero apenas llegó la noticia a Inglaterra, un poeticastro dizquenacionalista llamado Tennyson se conmovió tanto con el heroísmo de los jinetes (¿habrían sido tan heroicos de saber la idiotez que se les estaba ordenando hacer?) que les dedicó un plañidero poema a su bravura militar (Simónides, el que escribió el famoso "caminante, ve a Esparta y diles que fallecimos cumpliendo sus leyes" por los 300 de las Termópilas, tuvo al menos la virtud de ser epigramático, y además, Leónidas y sus bravos sí que se lo merecían). Inspirándose en el poema épico, un par de guionistas a quienes hoy en día, como unos Ozymandias cualquieras, cubre el polvo del olvido, decidió escribir una sonsacada imperialista en la que los british son orgullosos y leales a su Patria hasta la muerte, la estúpida carga colina arriba es un gesto de noble sacrificio, y además aprovechan de demostrar que con el imperialismo británico no se juega, malditos salvajes... Bueno, al menos tenían la excusa de que en la época, la mayor parte de las audiencias cinéfilas occidentales creían de buena fe que los arios caucásicos europeos eran la Raza Superior. Es más de lo que se puede decir de Michael Bay y su horrenda "Pearl Harbor", peli con la que "La carga de la Brigada Ligera" comparte más de un punto.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Digámoslo de una buena vez. Hoy en día esta peli es apenas soportable. Hecha para el gusto de las audiencias de su tiempo, quizás demasiado al gusto de esas audiencias, ha envejecido dramáticamente. Tiene sus puntos fuertes, claro está, pero no sería la primera opción que le recomendaría a alguien que me preguntara "oye, quiero conocer un poco más de cine que no sean los blockbuster de Hollywood post-2000, ¿qué me sugieres que sea entretenido?". Claro, si tienes prurito arqueológico, te la pasarás en grande. Si no, hay varias mejores opciones en que invertir el tiempo. Es una peli de la dupla Curtiz/director y Flynn/actor (por ejemplo: "Capitán Blood", "Las aventuras de Robin Hood", "Mi Reino por un amor", "El halcón de los mares"), y estas pelis son estupendas en general porque Michael Curtiz, siendo en sí mismo un gran director, pecaba a veces de ser demasiado formalito, mientras que Errol Flynn, por su propio carácter desinhibido, tendía a ser demasiado poco serio, y por lo tanto, Flynn le daba vidilla a las pelis con el impecable acabado formal de Curtiz, pero que también serían, de otra manera, un tanto frías. Pero lo que mejor hacía Errol Flynn era ser espadachín, por lo que en pelis de piratas, mosqueteros o bandidos medievales brillaba, mientras que en otras épocas (aquí, en el siglo XIX), tendía a desteñir un poco. Y Michael Curtiz, a pesar de dirigir esta peli con mano de hierro, a veces pareciera que no confía demasiado en su propia pericia para crear tensión dramática y momentos climáticos, y se entrega al malsano recurso de trufar su peli con carteles explicativos sobreimpresos, y "apoyar" el dramatismo de la carga final con los insufribles versos imperiofascistas de Tennyson. Pero bueno, Flynn es un grande de todas maneras y Curtiz también (¡oigan, no se crean, este hombre después creó ese clásico eterno que es "Casablanca", así es que un poco de respeto y no me hablen mal de él!).

-- A pesar de que huele a folletín desde lejos (¿y qué? Como decíamos, "Pearl Harbor" también reincide en la fórmula "triángulo amoroso entre dos amigos y la chica entremedio, en tiempos de guerra", y todo lo grandioso de los FXs se compensa con lo hórrido del "arte" de Michael Bay), esta peli se las apaña para tener sus momentos. El secundario de la dama métomentodo aporta gracia a la historia sin desencajar demasiado ni hacerle perder el tinte épico, en tanto que Surat Khan es un villano de lujo, y las secuencias de acción en el asedio contra el Fuerte están estupendamente resueltas, incluso para los estándares de hoy en día. Quien crea que esta peli no contiene violencia porque es antigua, está equivocado. Los malvados soldados de Surat Khan no se recatan en ser crueles y gozarlo, aunque por obvios motivos de censura, no podamos verlo en clave gore ni riendo sádicamente. Varios personajes del lado de "los chicos buenos" caen, tanto civiles como combatientes. Son estas perlas, las que ayudan a sobreponerse de un guión desmañado y pasado a naftalina. Y ya no digamos la carga final, que si nos saltamos esos odiosos cartelones del poema de Tennyson, tienen un componente espectacular que las masas de orcos de "El Señor de los Anillos" no han conseguido mejorar sensiblemente, habida cuenta de todo lo que se hace hoy en día con la CGI. Por cierto, si se están preguntando cómo diablos al señor Curtiz le salió tan de verdad esa carga final, digámoslo: es de verdad. Las balas son de salva, por supuesto, pero se cargaron tantos caballos rodando, que el escándalo llegó incluso hasta el Senado de los Estados Unidos, que pasó un turro de leyes contra la violencia hacia los animales en el cine (de ahí eso de que "ningún animal ha sido dañado en este film", etcétera), y eso por no hablar del pobre extra que, cuando se despejó la polvareda, descubrieron que por accidente se había ensartado con su propia lanza en el suelo (con resultados fatales, claro está). Quizás eliminando esos cartelitos de Tennyson (sí, tercera vez que lo digo, ¿OK?, prueben a leer el poema original y vomiten), condensando las revueltas de la trama sentimental y eliminando algunas escenas de un comienzo excesivamente largo, la peli quedaría mucho más actual, y por cierto que le impondría el punto a otros epics actuales. ¡OK, ahí tienen su idea del millón de dólares, genios! ¿Qué esperan para rodar un remake?

IDEAL PARA: Ver mitología histórica en estado puro.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "LA CARGA DE LA BRIGADA LIGERA".

-- (Ir a la página) Completo comentario en La Realidad Estupefaciente.
-- (Ir a la página) Comentario en el Blog dedicado al Cine Bélico e Histórico.
-- (Ir a la página) No sobre la peli sino sobre la verdadera Carga de la Brigada Ligera...

VIDEOS.

-- La escena de la carga, por supuesto [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 26 de octubre de 2008

"Control total" (2008).


-- "Eagle Eye" (título original en inglés), "La conspiración del pánico" (título en España). Estados Unidos / Alemania. Año 2008.
-- Dirección: D.J. Caruso.
-- Actuación: Shia LaBeouf, Michelle Monaghan, Rosario Dawson, Michael Chiklis, Anthony Mackie, Ethan Embry, Billy Bob Thornton, Anthony Azizi, Cameron Boyce, Lynn Cohen, Bill Smitrovich, Charles Carroll, William Sadler, Deborah Strang, Dariush Kashani.
-- Guión: John Glen y Travis Wright, y Hillary Seitz y Dan McDermott, basados en una historia de este último.
-- Banda Sonora: Brian Tyler.

-- "Control total" en IMDb.
-- "Control total" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un grupo Special-Ops que usa nombres claves tan nazis como Valhalla o Thor (¡y son yankis!) están a punto de dar un golpe en el Medio Oriente. Tienen en la mira a un terrorista que asoma la nariz cada y tantos, pero el análisis computacional no está seguro y arroja sólo un 51% de probabilidades y la recomendación de TO ABORT MISSION porque habría una tonelada de bajas colaterales civiles. Como de costumbre, el civil a cargo dice NO, y el milico a cargo dice SÍ, como ya sabemos que suelen hacerlo en las pelis yankis (y en la vida real, probablemente). Como el Secretario de Defensa no quiere quemarse, eleva el asunto en consulta al Señor Presidente de los Estados Unidos, quién dice que soy el Presidente de Estados Unidos, no de la Tierra, y debo proteger a mi gente, demonios, y no a esos patipelaos que cantan wassa-allah-illah-allah en el desierto. El ataque se lanza, y... Cambio de escena. Vemos a un joven vagavidas que va de allá para acá, sin oficio ni beneficio, hasta que de pronto recibe las news: su hermano ha muerto. Cuando ingresa a la iglesia, o templo, o whatever sea, todo el mundo lo mira como el resucitao, porque verán, el muertito no sólo era hermano, sino hermano gemelo. Bueno, aceptémoslo como un dato. El caso es que de pronto le llegan 750.000 dólares a su ultraexprimida cuenta bancaria, y después le llegan una serie de paquetes enviados por quién-sabe-quién a la casa. Paquetes de los buenos. Armas. No fusiles de caza ni de la Asociación Nacional del Rifle. No, armas del tipo militar. Y lo llaman por teléfono. Al otro lado suena la voz de una chica diciendo "sálete de ahí, en 30 segundos se aparece el FBI". Como el chico prefiere usar su sentido común en vez de obedecer, empieza a discutir, pero ¡ZAS! que justo aparece el FBI. Obviamente lo interrogan para sonsacarle de dónde rayos sacó 750.000 dólares y armas, que si está preparando una maldita revolución... Pero la misma voz se las arregla para llamarlo de nuevo y le dice "ya diseñamos tu plan de escape"... ¡Manerita de escaparse ésa! Jesúymaríabenditah... Mientras tanto, en otra parte, una bonita chica que es madre soltera, recibe también la misma llamada, y debe manejar un bonito vehículo de tipo "placement product" hasta la posición del chico. Ahora, la nueva pareja dispareja está liada y lista para el siguiente nivel, que consiste en combatir la más grande amenaza terrorista que ha enfrentado Estados Unidos jamás... (y van...).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Uno de los grandes temas del cine post 9-11 es la crisis de la libertad. "Así es como muere la libertad, entre vítores de la gente", decían en "La venganza del Sith". Una supercomputadora, en nombre de la libertad y la protección de la gente, tomaba el control absoluto del mundo en "Yo, Robot". Llueven documentales como "Fahrenheit 9-11", "Niebla de guerra" o "Las razones de la guerra". Incluso hasta en una peli tan mediocre como "Justo en la mira", el tema de la crisis de la verdad en medio de tanta informática se hace más o menos presente. Estos ejemplos, graneados al azar, nos muestran de que algo está pasando, y de la enorme efectividad que ha mostrado el Proyecto New American Century para imponerse al mundo. Admitámoslo, los Estados Unidos nunca fueron tan liberales como para permitirles al resto del mundo manejarse con principios de autodeterminación y respeto por la soberanía popular, en los términos que ellos mismos reclamaron para sí cuando un comando terrorista de 13 delegados decidió sublevarse en 1776 contra la Corona Inglesa, que por cierto, era no una monarquía absolutista sino parlamentaria, para mantener un delicado equilibrio de poderes entre el Ejecutivo y los representantes populares en la Cámara de los Comunes (los Lores son otra cosa, en realidad). Sabemos, por otra parte, que el mundo nunca fue tan orwelliano como hoy en día. Hoy es más fácil que nunca encontrar información gracias a Google, pero por otra parte Google va fichando todo lo que buscas en la red, así es que no se te ocurra buscar en Internet por la fórmula de cómo convertir el amoníaco del fertilizante en bombas terroristas caseras, ni por curiosidad ni para hacerle una broma pesada al rector de tu fraternidad. Y toda ciudad principal que se precie de tal, tiene una red de cámaras de vigilancia que muestran en todo momento lo que los buenos ciudadanos hacen, claro está que para combatir a la delincuencia, pero por otra parte, ¿quién determina qué persona es delincuente y qué persona no, y con qué criterios y parámetros...? Quizás la democracia sobreviva en el siglo XXI, o quizás sea ahogada por un gobierno dictatorial octavioaugusteano que la población civil abrace gentilmente para no sentirse desprotegida, vaya uno a saber, pero lo cierto es que los sistemas políticos del siglo XXI, por la presencia de la telemática y del desmesurado poder de unos pocos en desmedro de la mayoría, serán muy diferentes a las vetustas democracias del siglo XX, y el "We the people..." de la Constitución de los Estados Unidos bien podría acabar reemplazado de facto, que no de iure, por un "We the Chosen Ones...".

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es un thriller correcto y entretenido. Con esto no quiero decir "BUENO", simplemente porque no pasa de ser un entretenimiento popcornero al uso. Pero D.J. Caruso, director de mediocridades como "Robando vidas" o "Dos por el dinero", además del remake bastardo de "La ventana indiscreta" que es "Paranoia", le imprime a la peli un ritmo endiablado, y durante las dos horas que dura, pues bien, es una montaña rusa de adrenalina a tope. Incluso la trama tiene sentido y es más que un simple pegoteo de escenas chulonas de acción, y se las arreglan para hacer calzar todas esas casualidades tan casuales que hacen exclamar "¡Y cómo tanto!" (bueno, salvo eso de los gemelos, que tiene su propósito narrativo, pero que... bueno... ¡Y cómo tanto!) (Además, ya me gustaría darme un bañito de nitrógeno líquido como ése, pah loh díah de caloh...). Claro que al final te preguntas si no te equivocaste leyendo los créditos, porque miren, aparece Steven Spielberg acreditado como productor ejecutivo (y puede ser, porque Spielberg ya ha tenido sus escarceos con el híbrido Sci-Fi/9-11 en "Sentencia previa"), pero más bien parece una peli producida por Jerry Bruckheimer: mucha acción, mucha adrenalina, muchas explosiones de vehículos molones (¿es que nadie en Estados Unidos maneja un vulgar Fiat 600...?), pero que al final deja poco más que ser un entretenimiento más. Bueno, al menos es entretenida. Con eso ya está bien.

-- El elenco está bien elegido. Shia LaBeouf (¿por qué cada vez que lo escribo me sale a Pepe LePouf...?), cada vez más al tope como the new heroic ordinary guy, da bien el tipo, y le salen resultonas tanto las escenas de acción como las dramáticas. Michelle Monaghan, con solera en Hollywood desde "Misión Imposible III" y "La mujer de mis pesadillas", cumple acá con un rol no demasiado exigente en lo actoral, pero que al menos le pide más que poner una cara bonita. Michael Chiklis como el Secretario de Defensa, consigue crear empatía con un rol más bien mortecino, mientras que Rosario Dawson y Billy Bob Thornton están casi de comparsas (no importa qué tanta cara de seriedad ponga la Dawson, si sigue haciendo roles como éste terminaremos recordándola por sus gloriosas gomas al viento en "Alexander", y Billy Bob... Billy Bob... Véanlo cuán aburrido estaba rodando esta cosa, si hasta juraría verle bostezar frente a la cámara...). Pero en general nadie desentona de lo suyo. Incluso, vemos en una breve escena a nuestro queridísimo Bill Smitrovich poniendo cara de malo maloso, y eso no tiene precio (para todo lo demás existe...).

-- No sé si considerar esto como un acierto o como un profundo fallo de la peli. Veamos. Si se hubiera limitado a ser el enésimo thriller de acción, hubiera quedado muy bien. Nada que vaya a revolucionar la historia del cine ni hacer el Eisenstein Reborn, pero para entretención de una tarde hubiera quedado pasable. Pero insisten en tocar una veta profunda. Veamos al "villano". ¿Por qué hace todo lo que hace? ¿Por qué mueve todos los hilos del sistema, incluyendo celulares, cámaras de vigilancia, bases de datos informáticas, faxes, beepers, softwares de cazas operativos de combate, etcétera, para poner en jaque a los Estados Unidos? Sorprendentemente para una peli de estas características, la lógica inherente a lo que hace es tan meridiana, que realmente cuesta verlo como "el villano". Bueno, los métodos podrán ser un poco discutibles, vale, pero resulta que el villano ha hecho su propia interpretación de la Constitución de los Estados Unidos y de la Patriot Act, y por lo tanto, puede afirmarse (y discutirse en un estrado judicial, claro está, pero no negarse de plano, como en la mayoría de las pelis sobre terroristas vs. USA) que todas sus acciones están amparadas por un fuerte marco de legalidad. Lo que plantea una serie de preguntas incómodas. ¿En qué punto el dotar de facultades a un Gobierno democrático para proteger a la libertad, lo convierte en una amenaza contra esa misma libertad? Y en caso de que el Gobierno se convierta en tiránico, ¿quién es el llamado para pararle los pies? ¿Por qué metodos? ¿Sacrificaremos el debido proceso, el due process of law, para proteger a la democracia, aunque eso sea anticonstitucional? ¿Qué quiere decir la Constitución de los Estados Unidos cuando principia diciendo "We the People"...? ¿Es justificable que un patriota deba recurrir a un acto terrorista para preservar la Constitución y las leyes? ¿Y quién diablos tiene tanta autoridad como para decir "la Constitución y los principios que defienden la libertad y la seguridad de las personas, deben interpretarse así"? Desgraciadamente, aunque esta peli plantea muchas de esas cuestiones (no todas, por cierto, pero el resto puede inferirse con un poco de inteligencia), termina decantándose por la veta de la acción, y jamás se entran a discutir. Una lástima, porque aunque nadie esperaba una cátedra de Filosofía Política acá, o un bonito discurso a lo James Stewart en "Caballero sin espada", no hubiera sido malo que una peli mainstream debatiera esas cuestiones siquiera en un par de líneas de diálogo, sólo para hacer pensar un poquito. Es probablemente la influencia de Spielberg, de cuño más o menos liberalistoide dentro de la comunidad hollywoodense, lo que introdujo estos elementos, pero si ese fue el caso, la respuesta fue adocenada, incluso aburrida: al final del día los Estados Unidos están bien, y el sistema no se cuestiona. Implícito en esto va la idea de que las bajas colaterales son errores lamentables (en particular si esas bajas colaterales son en países del Tercer Mundo), pero bueno, es el precio a pagar por tener el más mejol sistema político de todos, carajo (debe serlo, si permite socializar y externalizar las pérdidas materiales y humanas, claro está). En ese sentido, aunque esta peli no entra en ninguna profundidad intelectual en ningún minuto, no deja de ser interesante verla a esa luz, y por qué no, hacer un poco de debate en torno a ella y la situación límite que plantea, en lo que a la supervivencia de las instituciones democráticas se refiere.

IDEAL PARA: Dejar descansar el cerebro con una correcta pieza de acción con un par de ideas subversivas sueltas por aquí o por allá.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "CONTROL TOTAL":

-- (Ir a la página) Comentario en Cinematografía.cl.
-- (Ir a la página) Comentario en El Economista.
-- (Ir a la página) Comentario en Muchocine.net.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en ingles, subtítulos en español].



-- Segundo trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

jueves, 23 de octubre de 2008

"Caballero sin espada" (1939).


-- "Mr. Smith Goes to Washington". Estados Unidos. Año 1939.
-- Dirección: Frank Capra.
-- Actuación: James Stewart, Jean Arthur, Claude Rains, Edward Arnold, Guy Kibbee, Thomas Mitchell, Eugene Pallette, Beulah Bondi, H.B. Warner, Harry Carey, Astrid Allwyn, Ruth Donnelly, Grant Mitchell, Porter Hall, Pierre Watkin.
-- Guión: Sidney Buchman, basado en una historia no publicada de Lewis R. Foster.
-- Banda Sonora: Dimitri Tiomkin.

-- "Caballero sin espada" en IMDb.
-- "Caballero sin espada" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un Honorable Senador de los Estados Unidos ha tenido un Honorable Ataque de alguna clase (no sé si al cerebro o al corazón... después de todo, para ser político no se necesita ninguna de ambas cosas). El caso es que ha parao las chalas, el pobre hombre, y eso pone muy nervioso a algunas personas. Porque resulta que está por votarse la ley de presupuestos, y está en juego una partida extraordinaria para la construcción de una chupi represa que forrará de dinero los bolsillos de un cierto potentado (de dónde me suena eso...). Convencen al Gobernador de que Fulanito Riñones de Bisagra es el mejor para el puesto, pero cuando las bases se enteran, desechan con indignación a Fulanito Riñones de Bisagra, y piden a otro candidato. El Gobernador, no queriendo desairar a nadie, decide entonces darle la nominación a un tercero que no se veía venir, y que, pues bien... es el guardaparques favorito de sus chicos. Pobre desgraciao, no sabe en la que se ha venío a meteh... Porque nuestro heroico guardaparques no tiene idea sobre cómo demonios se tramita una ley, y además, es el perrillo faldero del otro senador, que era amiguete de su padre, y que, pues bien, recuerda muy bien como el padre del guardaparques era defensor de las causas perdidas, hasta que apareció cómodamente instalado en su asiento, con un confortable agujero de bala, por atreverse a luchar por los derechos de las personas... Ahora, nuestro heroico guardaparques descubrirá que Washington está lleno de maravillosos monumentos a los líderes de la nación, aquellos que decían que "democracia es el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo", y también de gente que pasa por los monumentos como si lloviera, y siguen cualquier ejemplo, menos el de que aquellos insignes prohombres Fundadores de la Nación. El guardaparques está embolinado con la idea de estar trabajando para hacer una nación más grande y más fuerte, pero poco a poco, cuando descubra por qué en realidad está allí, o sea, para hacer el paleto... ¿Conseguirá nuestro heroico guardaparques recordarles a una jauría entera de políticos washingtonianos, que democracia significa juego limpio y respeto por los derechos de las personas, antes que ellos lo hundan...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Gracias a su poderosa maquinaria cinematográfica, Estados Unidos ha vendido de sí mismo una potente imagen como el Santuario de la Democracia y los Derechos Humanos. No es casualidad. Las pelis de Hollywood son hechas por estadounidenses para estadounidenses (la mitad de la recaudación mundial se hace en los U.S.A.), y por lo tanto, no es raro que para preservar el negocio, deban halagar a la audiencia diciéndoles que forman parte de lo más bello y puro que ha parío esta Tierra de Dioh, aunque eso no sea cierto (¿y qué? Si la gente prefiriera la vida real a una bella fantasía, los cines habrían entrado en bancarrota desde el 29 de diciembre de 1895). Pero en los '30s, se sabía que las cosas no andaban bien. En los '20s, terminada la Primera Guerra Mundial, se le había prometido a la gente que todo iba a estar bien, que todos iban a ser ricos, que todos iban a vivir de las rentas sin trabajarle un centavo a nadie, simplemente jugando a comprar papeles en la Bolsa (piensen lo idiota de ese sueño: si todos son ricos y nadie trabaja, ¿quién va a producir los bienes y servicios que supuestamente van a ser comprados con esa riqueza?). El '29, el asunto se desplomó, vino el Crack de la Bolsa y la Gran Depresión, y la gente, mientras veía como los ahorros de toda su vida se esfumaban en las manos de quién sabe quién, empezó a descubrir que había más que un poco de corrupción en la Tierra de la Vigilante Aguila Calva. Aún así, precisamente por temor a los corruptos, pintar el tema era algo grande. Quizás demasiado grande. Pero esta peli se hizo de todos modos. La criticaron. La quisieron hundir. Ya saben quienes, los corruptos de siempre. Pero sigue siendo un clásico hasta el día de hoy, y quienes se les opusieron, hoy en día nadie los recuerda.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es uno de los retratos más hondos que nos ha entregado el cine, sobre el funcionamiento de la democracia en los Estados Unidos, y de la democracia en general. Vemos todo el proceso parlamentario en pleno, los mecanismos por los cuales se solucionan contingencias en democracia, las reglamentaciones referentes a cómo pasan las leyes, cómo se comportan los parlamentarios, el uso y el abuso que se hace del legalismo y del reglamentarismo... Si ustedes quieren echar una mirada al interior de esa caja negra que suele ser el sistema democrático de Gobierno, deberían ver esta peli. Obligatoriamente. En lo personal, no comprendo por qué esta peli no es de visionado obligatorio en todas las Escuelas de Derecho del planeta. ¡Ah, sí, ya lo sé! Es porque denuncia la corrupción.

-- Pasemos a ese apartado, entonces. La corrupción. Si esta peli fue universalmente denostada en su tiempo por los políticos de Washington y por los Reichzivilangestellter del Tercer Reich, además de los apparatichnik de los soviets, por algo debe ser. La peli plantea de manera muy dura el conflicto entre los valores eternos en los que se solventa un sistema político democrático, y la cruda trastiendilla de transacas más o menos vergonzosas de todos los días. Todo fundador de un nuevo sistema político cree más o menos de buena fe estar construyendo para la eternidad, un tipo de Gobierno que le entregará lo mejor a la ciudadanía y que terminará con todos los males antiguos, pero como los males antiguos son obra de las personas, y personas son las que habrán de custodiar el nuevo sistema político, pues bien, no pasa una generación antes de que estemos otra vez en el mismo punto. Nuestro prota ha mantenido intactos sus valores y sus creencias en el sistema americano no sólo a pesar de ser un paleto, sino precisamente por eso, por vivir en la periferia de la civilización, más rodeado de vida salvaje que de política, y cuando entra en contacto con todo este nuevo mundo, no puede sino decepcionarse. Y para dar su pelea, el prota no tiene más remedio que entrar al juego, aprender sus reglas, y a la larga, aprender a abusar del tecnicismo, el ritualismo y el procedimentalismo igual que sus enemigos. Combatir fuego con fuego, que se le llama. Por otra parte, en la mayor parte de las pelis sobre corrupción, vemos como el millonario corrupto de turno tiene una banda de mercenarios dedicados a exterminar al prota en medio de grandes explosiones, mientras que aquí, el malvado utiliza medios un poco más realistas, como por ejemplo un poco de presión por aquí, un poco de presión por allá... Más los métodos de un Charles Foster Kane que los de un Lex Luthor, para que nos entendamos (en serio, el friki sentado en esa infoterminal de Madrid... ¿sabe usted quién fue Charles Foster Kane...?).

-- Otro gran tema de la peli, estrechamente relacionado con el anterior, es la inocencia versus el cinismo. Casi como un resabio del clásico "dejad que los niños vengan a mi", son los niños quienes, en momentos estratégicos de la peli, servirán de palancas para la defensa del sistema y sus más hondos valores. Al mismo tiempo, vemos a los muy civilizados y correctos mandamases del sistema en su máxima villanía, cuando no vacilan en enviar a matones para perseguir a esos niños y ejercer la fuerza bruta que sea necesaria en su contra. Generalmente, si una peli tiene niños, ya pueden despedirse de toda seriedad a manos de esos locos bajitos, pero en este caso, lejos de estorbar, es casi impensable rodar esta historia sin su concurso.

-- La prensa tampoco se salva de los palos. ¿Qué misión cumple la prensa en democracia? A diferencia de otras pelis sobre corrupción, aquí la prensa no es corrupta a priori. Simplemente, si el sistema es corrupto, la prensa se amolda. Las motivaciones de los periodistas para echar paja sobre algunas cosas y mirar para otro lado en otras, están bastante claras y muy bien delineadas, por más que no sean el tema original de la peli. También Robert Redford intentó delinear las oscuras relaciones entre política y prensa, en "Leones por corderos", pero no le salió tan bien o tan catedralicio como acá.

-- Frank Capra está aquí en estado de gracia. No en balde es una de sus dos grandes cumbres fílmicas (la otra es la archinavideña "Qué bello es vivir", sin desmerecer otras memorables como "Arsénico y encaje antiguo", "Horizontes perdidos"...). El trabajo de edición es pulcro y elegante. Los diálogos son grandiosos, y no en balde esta peli ganó el Premio Oscar a la Mejor Historia, en los tiempos que ganarse un Oscar todavía daba alguna garantía de calidad (como trivia, fue la última peli en recibir el Oscar en dicha categoría, que a partir del año siguiente pasó a ser el Oscar al Mejor Guión Original, y como segunda trivia, batió a otra favorita del año, que era "Ninotchka"). En cuanto a los estudios y decorados, son bastante suntuosos, para los estándares de 1939, y cuesta creer que ningún interior en esta peli fue rodado en locaciones (todo en estudios, como la vieja tradición mandaba por aquel entonces), tan bien reconstruidos están los corredores y pasillos, por no hablar de ese hemiciclo para el Senado de los Estados Unidos...

-- Los actores están también en su gloria. Fue el gran papel de James Stewart, claro está, y sobre eso no insistiremos porque se han escrito ríos de tinta sobre él (en el episodio de "Los Simpsons" en que Mel Gibson está haciendo un remake de esta peli, lo homenajean explícitamente cuando Mel dice, respecto de cambiar la escena final: "¿El discurso final? ¡Pero si era la escena favorita de James Stewart!"). O mejor dicho, digamos algo sobre él. Su personaje es, al principio, un perfecto imbécil, y es lo suficientemente cretino como para alienarse cualquier simpatía nuestra; ahora bien, promediando la peli empezamos a empatizar con él, y si el prota no se nos torna antipático, es gracias a la esforzadísima labor de Stewart, que lo vuelca por completo a nuestro favor, lejos del estereotipo del "tarado listo" que tantas otras veces nos ha ofrecido el cine. Es claro que su personaje es ingenuo hasta la irritación, pero no de ninguna manera un tonto, y si bien casi toda la peli luce desorientado en un sistema que está lejos de comprender, tanto en mecanismo como en esencia, al final consigue adaptarse sin perderse a sí mismo en el proceso. Jean Arthur, belleza hoy en día insignemente olvidada, tuvo aquí también su gran momento, y está en verdad grandiosa como la secretaria asqueada por las marrullerías de Washington, que poco a poco va descubriendo en ese Quijote al que desprecia, todo aquello en lo que alguna vez ella misma creyó. Claude Rains, a quien ya lo habíamos visto (o no) como el prota de "El hombre invisible", aquí crea también a un gran personaje, el senador antagonista al prota, que no sólo trata de manipularlo como una marioneta, sino que también intenta educarlo y domesticarlo por el bien del sistema, y si bien no es un héroe ni por la cubierta del libro (a pesar de lo que el prota opina al principio de él), está muy lejos de ser un villano ambicioso o egoísta.

-- Y el martillazo final. Esta es una de esas raras pelis que no tiene escenas flojas. Todas las escenas aportan algo a la trama, y es más, todas las escenas son significativas por alguna razón. ¿De cuántas pelis pueden ustedes decir lo mismo?

IDEAL PARA: Ver al mismo tiempo una impecable peli sobre la democracia y sus demonios, y al mismo tiempo, ya no digamos una lección, sino una cátedra sobre cómo hacer cine.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "CABALLERO SIN ESPADA":

-- (Ir a la página) Comentario en Cinestesia.
-- (Ir a la página) Comentario en La Página Web de Mr. X.
-- (Ir a la página) Comentario en The Dreamers.
-- (Ir a la página) Comentario en Homy en Springfield.

VIDEOS:

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- El Sr. Smith recibe una valiosa leccion sobre cómo se pasan las leyes en Washington [en inglés, sin subtítulos].



-- El Sr. Smith debatiendo y denunciando la existencia de maquinarias de corrupción política en su Estado [en inglés, sin subtítulos].



-- En medio de la batalla final del Sr. Smith, los políticos corruptos hacen un intento por quebrar su moral [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 19 de octubre de 2008

"Una guerra de película" (2008).


-- "Tropic Thunder". Estados Unidos. Año 2008.
-- Dirección: Ben Stiller.
-- Actuación: Ben Stiller, Robert Downey Jr., Jack Black, Jay Baruchel, Brandon T. Jackson, Steve Coogan, Nick Nolte, Danny McBride, Matthew McConaughey, Tom Cruise, Brandon Soo Hoo, Maria Menounos, Tyra Banks, Christine Taylor.
-- Guión: Ben Stiller, Justin Theroux y Etan Cohen, sobre una historia de los dos primeros.
-- Banda Sonora: Theodore Shapiro.

-- "Una guerra de película" en IMDb.
-- "Una guerra de película" en la Wikipedia en inglés.

DE QUÉ SE TRATA.

Cinco hombres fueron a Vietnam. De los cinco, cuatro regresaron. De los cuatro, tres escribieron un libro. De los tres, dos fueron publicados. De los dos, uno fue llevado al cine. Esta es la heroica historia de como dicho libro fue adaptado en una peli. Protagonizada por Tugg Speedman, el más grande héroe de acción, con su eterna franquicia "Candente". Y por Jeff Portnoy, el Amo de la Pedorreta. Y por Lazarus Kirk, el multipremiado y oscarizado actor australiano que hace pelis culturetas filogays. Y por Alpa Cino, el infame rapero nigga que vende subproductos para las masas white trash. Y por el novato Kevin Sandusky, cuyo crédito anterior es... Bueno... es... Bueno, es el rookie, qué esperaban. El problema es que estos actorazos de Hollywood son todos unos quejicas. Unos faggits de mierda. Cada uno más extraviado que el anterior. Imposibles. Y gracias a ellos, la peli bélica más cara de la Historia está a punto de irse al quinto infierno. Por lo que el puñetero productor de turno está listo para cagarse en el proyecto. Y un tipejo que andaba dando vueltas por allá atrás, en la última fila, levantando la mano, o mejor dicho el gancho ortopédico, ¿quién me dijo era ese cabrón m*****f*****? ¡Ah, sí! ¡El infeliz que escribió la novela! Bien hecho, son of a b*****, bien defender a la Patria, gracias a usté nos seguimos forrando (¡un momento, Vietnam fue un bluff, se hubieran forrado igual de no haberla peleado!). Bueno, el infeliz tiene una sugerencia. Let's wax this creatures. Let's give'em hell. They'll feel the pain, the anger, the fear overcoming his pussied hearts... De manera que se llevan a los actores a la jungla de verdad, a alguna parte perdida en el mapa, en donde los actorcillos éstos que se creen miniestrellas las vean canutas de verdad, y así se les pueda sacar una actuación decente. El problema es que nada más llegar, ya no pueden contar más con el jefecito. Y en paralelo, la guerrilla que aprovecha el free market para fabricar heroína (claro, para este mercado el Gobierno es bueno imponiendo restricciones, pero para regular el mercado bancario...) decide que estos yanketas están molestando mucho, e irán a por ellos. Ahora, los actores deberán jugar el rol de sus vidas, el de supervivientes, si es que quieren sobreviv... Bueno, supervivientes para sobrevivir... Sí, claro, tiene sentido, uno es superviviente si sobrevive... Bien, ya me entendieron el punto. Actores de una peli de guerra luchan por sobrevivir en una guerra de verdad. Eso es. Bien dicho. Debí haber sintetizado la peli en esas 1,2,3,4,5,6,7,8,9,10... 11... 12... 13... 14 palabras, y estaba todo dicho. Total, para lo que importa la trama aquí...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Todo gran mito principia en terror ominoso, luego en leyenda artística, y luego, a medida que pierde vigencia (en particular después de su uso intensivo por parte de los poderes establecidos para mantener la vigencia del régimen - cualquier régimen), termina transformado en grotesca bufonada. Pasó eso con la Segunda Guerra Mundial, desde los clásicos patrioteros ya rodados en los '40s hasta cosas como "Top Secret", pasó con Vietnam desde pelis muy seriotas como "El francotirador" y "Rambo" (la primera, la clásica, por supuesto) hasta... Bueno, hasta esto. ¿Y por qué no decirlo? Pasó también con ese gran Dreadnought de la cultura yanki que es Hollywood, punta de lanza del imperialismo cultural que obliga a todo el mundo a saber quién es Superman o Han Solo, a despecho de héroes más humildes y nacionales como el Chapulín Colorado o Mac el Microbio Desconocido (¿Mac cuánto dijo usted, mi General...? ¿McDonald's...?). Porque el cine ya no es lo que era. Cuando fue creado el Star System, por allá en los lejanos '10, con vaporosas chicas como Thera Bada o Pola Negri o galancetes como Rodolfo Valentino o... o... o... ¿quién más estaba de señero en esos días...? Bien, qué importa. Desde aquella época, decíamos, que las estrellas tenían que ser algo sólido e inalcanzable, un sueño o fantasía ideal. De ahí que los grandes estudios gastaran fortunas promoviendo maquinarias publicitarias que inventaran pasados exóticos semiarábigos a estrellas fabricadas con materia prima salida de las cloacas de Brooklyn y cosas así. Y que correveydiles como Louella Parsons y otras reputadas se encargaran de bajarle el perfil a todos los escandalillos de Hollywood (que Chaplin era un putero que se casó cuatro veces con cuatro chicas menores de 18, que Rock Hudson era maricotas, que Greta Garbo y Marlene Dietrich regentaban McTortilla's, etc.). Pero más tarde o más temprano, la represa se quiebra y toda la caca se derrama. Ahí tienen cosas como la visionaria "El ocaso de una estrella", y más recientemente obritas como "El pez gordo" o "Barton Fink". Pelis interesantes, claro, pero que contienen un montón de guiños para tipos interiorizados en el tejemaneje, y por lo tanto, que no tuvieron mucha llegada de público, que digamos. Alguien tenía que ser más claro. Alguien tenía que ser más internético. Alguien tenía que ser más siglo XXI. En resumen, para reirse de la industria del cine necesitábamos al Más Grande Héroe de Comedia de Todos los Tiempos. Bueno, no pudimos conseguirlo (el Más Grande Héroe de Comedia de Todos los Tiempos es Charles Chaplin, por supuesto, y él tiene el pequeño inconveniente de estar muerto), pero tenemos a Ben Stiller de reemplazo. Por suerte. ¿Se imaginan esta cosa en manos de Adam Sandler, o de Eddie Murphy, o de Mike Myers...? De sólo pensarlo se me erizan los bigotes.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Admitámoslo, hay mucho hype alrededor de esta peli. Es buena. Es incluso notable. Es muy superior al promedio del cine de Hollywood. Pero también es irregular en grado sumo. El problema es que trata de ser una sátira sobre Hollywood, pero al mismo tiempo toma el manido argumento de sacar a un grupo de personajes de su medio ambiente y descolocándolos para que así tengan que enfrentarse con sus temores y trancas y madurar y blah blah blah. En "Y dónde está el piloto" y en "Y dónde está el policía" tuvieron la picardía de burlarse de las pelis de catástrofes y de detectives llevando al extremo las claves del género, mientras que aquí, la historia de fondo es tan convencional que resulta aburrida (incluso la anterior peli de Ben Stiller, la desopilante "Zoolander", que se ríe del mundo de la moda, resulta más jugada en ese sentido). Además, para resolver una historia al final más convencional de lo que cabe, necesita de un final también convencional, y así todo lo ganado en función de criticar a Hollywood se pierde por caer en los mismos códigos de Hollywood (dicho pecado también lastró con severidad a la por otra parte muy recomendable "El último héroe en acción"). De manera que el fuerte de la peli no está en la historia de fondo, que es tan lineal como un palo de escoba, sino en otra parte. Una de ellas es la mala leche perpetua que derrama sobre Hollywood. Porque aquí no se salva prácticamente nadie: las estrellitas malcriadas y sus caprichitos de niñato y sus problemas con la ley (inolvidable Jack Black en fotos de policía), los productores jodepú, el baile de dinero, el "vales tanto como tu última peli", los Premios Oscar (incluso ese gran diálogo sobre cómo un retrasado mental no tiene que ser TAN retrasado mental en Hollywood para que su actor se lleve un Oscar), lo estandarizado de las pelis, la obsesión con los efectos especiales, la credibilidad que pueda tener el "basado en...", el barrer bajo la alfombra el tema de la homosexualidad, el tema del reconocimiento del trabajo artístico... Casi no hay veta de lo que constituye la industria de Hollywood que no se explote, como no sea la comercialización misma de la peli.

-- El trío protagónico se encarama la peli. La historia será anémica, pero los personajes son simplemente arrolladores. Ben Stiller está un poco bajo de bonos (¿alguien se cree que ese renacuajo sea una especie de Sylvester Stallone o Arnold Schwarzenegger?), pero se redime con su gran papel de completo idiota para la peli (ficticia, claro está) "Jack el simplón". De todas maneras, sólo por fantasear, me pregunto qué habría resultado si su papel hubiera ido a dar a un tipo duro de verdad y que haya hecho comedias, como por ejemplo Jason Statham ("El transportador", "Snatch: Cerdos y diamantes"...), o a lo mejor no había nadie más disponible que quisiera prestarse al ridículo de la autoparodia. Robert Downey Jr. es una gozada de principio a fin, como un actor tan compenetrado en su papel que hasta se interviene quirúrgicamente para negrerearse la piel e interpretar a un negro, y que en el fondo se ve obligado a ser siempre su rol porque carece de una vida por detrás que lo soporte (diálogo para la historia, cuando dice aquello de que no puede abandonar el personaje sino hasta que haga los comentarios para el DVD...). Lo siento por los pobres españolitos que tuvieron que verlo doblado, porque supongo que en doblaje, por mucho se esfuerce el tipo, no será lo mismo. Y a diferencias de las pelis que giran en torno suyo y en donde sería más gracioso si no tratara de hacerse tan el gracioso ("Escuela de rock", "Nacho libre"), aquí Jack Black está contenido por sus amiguetes, y le sale su rol estupendamente bien, en la que probablemente sea la peli de su vida (me costaría creer que su diálogo sobre sí mismo en la secuencia final no tenga más de algún viso de realidad con el propio Jack Black).

-- Los secundarios están también a todo trapo. Tom Cruise es el más destacado, por supuesto, casi irreconocible y riéndose a destajo de sí mismo (bueno, siempre ha sido un narciso, y aquí interpreta a un productor de Hollywood que es un narciso, precisamente, así es que no es que tenga que esforzarse tanto, tampoco, pero le sale natural y aporta a la peli, y eso es lo que cuenta). Nick Nolte como el tipo que escribió el libro y que ha visto las sombras de la noche y blah blah blah, está brillantísimo en grado sumo, y es una lástima que su personaje esté tan mal dibujado sobre el guión. Jay Baruchel como el rookie del grupo está muy bien, y en realidad se la puede con el resto del elenco sin que la mayor experiencia actoral de éstos se lo coman con calzoncillos y todo. Incluso hasta Brandon Soo Hoo como un improbable líder de guerrilla está bien (sin ser superlativo, pero es que oigan, es su primer papel en el cine, ¿vale...? Vean la peli y entenderán a lo que me refiero). Quizás el único lunar sea Matthew McConaughey, que hace más o menos lo mismo de siempre, y que precisamente por eso, aunque no destiñe, tampoco luce en una peli en donde todos están dando el 110%.

-- Las secuencias de trailer. Bueno, la fórmula medio se inventó con "Grindhouse" (y mucho antes, podríamos apuntar, se habían introducido comerciales falsos en la peli "Mujeres amazonas en la Luna"), pero sigue funcionando bien. Veamos: Ben Stiller como un improbable héroe de acción en "Candente VI: Derretimiento global" (distribuye Universal, la casa de "La momia", hehehé...), Jack Black cagándose de manera diarreica sobre Eddie Murphy con algo así como "La familia pedorreta" o algo por el estilo, y un Robert Downey Jr. grande como la vida riéndose a carcajadas del cine transgresor/pseudointelectualoide con esa interpretación de sacerdote medieval maricotas (¡y la peli del falso trailer es distribuida nada menos que por Fox Searchlight, menudo palo se dejaron encajar...!). Lástima que deban por fuerza estar al inicio, porque de verdad es la mejor sección de la peli (¡hey, podría aguantar una peli de 90 minutos de puros falsos trailer en ese estilo!).

-- A diferencias de otras pelis, que para levantar lo alicaído de su propuesta con algún cameo más que risible (léase, invitar al vejete que interpretó al personaje original en la serie televisiva 30 años atrás, o peor aún, invitar a Stan Lee), en este caso los cameos sí que están bien justificados. Y a diferencia del ridículo derroche de estrellas invitadas en "El pez gordo" o "Pret-a-Porter", aquí son unos cuantos, pero bien apiñados. Incluso podemos preguntarnos si los pobres se darán cuenta de que en el fondo se están riendo en la cara de ellos (ese Tobey Maguire haciendo su mejor/único rol de chico sensible sobreactuado, esa Jennifer Love Hewitt de florero, ese Martin Lawrence metido en una horrible peli de acción, esa Maria Menounos conduciendo un insubstancial programa de farándula, ese Jon Voight rabeando en su asiento...).

-- Curiosamente, esta peli pone incidentalmente el dedo en la llaga sobre un tema muy sensible, que es el trato dado a los discapacitados mentales. Hay cretinos que han protestado porque esta peli se ríe de los enfermos mentales, y cretinos digo porque no entendieron nada de nada al respecto. Resulta que el héroe de acción interpretado por Ben Stiller, para desencasillarse de su personaje, hace el rol de su vida como el idiota del pueblo en una peli de ambientación rural. Lejos de burlarse de los simplones, se burla de la manera en que Hollywood, y la sociedad en general, los trata: el actor no hace la peli por considerarlo una causa social digna de atención, sino por levantar su alicaída carrera (se insinúa que buscando galardones y premios), la peli es un drama pasteloso a más no poder (¿alguien se cree que esa tremenda chica pueda estar interesado en un imbécil como ése?), no se lleva ningún premio (el personaje de Robert Downey Jr., a posteriori, explica por qué, y su explicación es cínica y corrosiva a más no poder... y una vez más muestra el desprecio de la sociedad hacia los discapacitados y cómo son despreciados y negramente utilizados por los actores y la industria), e incluso parte del proceso de maduración del héroe de acción es justamente verse obligado a retomar su personaje en algún punto de la peli, descubriendo una nueva faceta dentro suyo. O sea, la peli es un puñetazo a la mandíbula de todos los bocazas que se compadecen de los pobrecitos tontitos para verse bien en la foto, pero que esos desgraciados no pasen por mi parroquia, que no, faltaba más. Si ves a alguien que denosta a esta peli porque trapea con los pobres retrasaditos, míralo bien: tienes delante tuyo a un maldito hipócrita tocándote las narices.

IDEAL PARA: Ver una sangrante parodia antiHollywood, y una comedia quizás irregular, pero con punch.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "UNA GUERRA DE PELÍCULA":

-- (Ir a la página) Comentario en Pochoclos.
-- (Ir a la página) Comentario en Sobras.com.
-- (Ir a la página) Comentario en El Perro Café.
-- (Ir a la página) Comentario en El Mutante Cósmico.
-- (Ir a la página) Comentario en ctrl+z - Va en serio, el sitio se llama "ctrl+z".
-- (Ir a la página) Comentario en Welcome to: Cinema - Así escrito, con dos puntos.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

jueves, 16 de octubre de 2008

"Misión explosiva" (1994).


-- "Chasers". Estados Unidos. Año 1994.
-- Dirección: Dennis Hopper.
-- Actuación: Tom Berenger, William McNamara, Erika Eleniak, Crispin Glover, Matthew Glave, Grand L. Bush, Dean Stockwell, Bitty Schram, Gary Busey, Seymour Cassel, Frederic Forrest, Marilu Henner, Dennis Hopper, Scott Marlowe, Jim Grimshaw.
-- Guión: Joe Batteer, John Rice y Dan Gilroy, basado en una historia de los dos primeros.
-- Banda Sonora: Peter Anderson y Dwight Yoakam.

-- "Misión explosiva" en IMDb.
-- "Misión explosiva" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Dentro de un recinto de la U.S. Navy tenemos al clásico chico listo que se salta las reglas y hace negocillos obteniendo dinero para su bolsillo con productos que, en puridad, le pertenecen al Fisco. El tipo tenía armado el negocio del año, pero ¡UPS!, por ser tan embraguetao lo envían a una misión. En 4 de Julio. En vacaciones. El cumpleaños de la Patria. Maldición. La misión implica arrejuntarse con un viejo-duro navy para escoltar a un prisionero de una prisión a otra. Al viejo marino, maldita la gracia que le hacen los que van de listillos por la vida, así es que le suelta un remoquete de zapatazipiti y listo. Armada la pareja dispareja, viajan hasta la prisión de la Navy para recoger al prisionero. Los tipos de la prisión, aprovechando que el rookie se las trata de dar de listo, se la juegan y consiguen hacerle firmar el traspaso de un prisionero que, ¡UPS! Es una mujer. Y para colmo es Erika Eleniak, que dos años antes hacía topless a bordo de un portaaviones (a lo mejor por eso la encarcelaron...). Al vejete se le cae la baba, pero con la experiencia que dan los años, sabe bien que no se debe follar en horario de trabajo. Pero al jovenzuelo, juajuajuá... Y ahí va la carne de cañón, listo para el sacrificio, pobrecito. Literalmente. Porque la prisionera será linda y la tienen bien maquilladita dentro de la cárcel, que esto no es Charlize Theron interpretando a Aileen Wuornos, pero de que se las trae, se las trae. Y utilizará todas las ponzoñosas artimañas al alcance de su sexo para tratar de fugarse, obtener la libertad, etcétera. Y ya el parcito de escoltas la tienen liada (la tienen liada la situación, no se piense mal... bueno, piensen mal un poquito).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Después de ver este telefilme que... er... un minuto por favor... ehm... ehm... no, no es un telefilme, acabo de confirmarlo. Bueno, después de ver esta peli, que repito, NO ES UN TELEFILME, uno puede sorprenderse un poco. Porque resulta desconcertante que lo haya rodado Dennis Hopper. ¿Quién? Bueno, el tipo que se las hacía pasar canutas a Kyle McLachlan y a Isabella Rossellini en la depravada "Terciopelo azul", y que en el sillón de dirección se anotó la mítica "Busco mi destino", y que por esos mismos años venía de rodar el turbio thriller "La zona caliente", con una novatísima Jennifer Connelly abriéndose paso en Hollywood a punta de topless (sí, hubo una época en la chica de "Una mente brillante" y "Hulk" hacía topless) y con una Virginia Madsen más húmeda y succionable que nunca. Bueno, ESE Dennis Hopper después rodó ESTO. No me pregunten qué pasó entremedio. A lo mejor se cansó del cine duro y quiso hacer una comedia dura. Dura se le tiene que haber puesto reservándose un rol de cameo en que podía correrle mano impunemente a la zorra de turno (que resultó ser Erika Eleniak, pero que por la entidad de rol podía haber sido otra Baywatchgirl cualquiera). En fin, por algo dicen que el universo no sólo es más extraño de lo que imaginamos, sino también más extraño de lo que todos podemos imaginar.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Hay dos maneras de ver esta peli. Una de ellas es en serio. Hay pistas de ello. Tener a Gary Busey como ilustre secundario, y al propio Dennis Hopper haciendo un turbio cameo, dan a entender que ésta era una peli con pretensiones (y ya no hablemos de tener a Tom Berenger como el oldman rudo). Si la ves de esta manera, pierdes tu tiempo. La otra es verla en plan cashondeo, "veamos algo livianito para no calentarse los sesos y remojar la neurona después de un duro día de trabajo". En este segundo caso, la peli cumple con ser divertida. Sigue siendo divertido ver a Tom Berenger echando el guapo a un chuloputo llamado William McNamara, que con su espúrea actuación justificó su horripilante carrera posterior, más o menos como el mismo Berenger hacía lo propio con otro chuloputo, éste con nombre y apellido, cuál es William Baldwin, en la deprimente "Sliver: Invasión a la intimidad". Y la tercera en discordia aquí no es la first class Sharon Stone sino la second class Erika Eleniak (¿y qué? Ambas fueron conejitas de Playboy... y en meses consecutivos para más inri), que de actuación nada, y en los escasos momentos de drama está peor que Priscilla Presley en "Y dónde está el policía 33 1/3: El insulto final" ("¡Y dijeron que no sabía hacer drama!"), pero que bueno, no está ahí para mostrar dotes actorales sino mamarias, y eso lo hace promediando el minuto 50 o 55 de peli... ¡Ah! Y aparece en un ultrasecundario el buen Crispin Glover, años antes de ser el Flaco Tenebroso de "Los ángeles de Charlie", y más o menos igual de creepy. En fin, a lo que iba. Esta peli tenía pretensiones de ser un pequeño suceso fílmico o algo, pero un guión hilado un tanto a tropezones, algunas soluciones fílmicas facilonas (¿alguien se cree que la fugitiva iba a devolverse en el pozo de la mina para rescatar a los otros dos...?), y la insistencia en una estética ochentera ezque - "Los Magníficos", la hicieron hundirse como un plomo. Al nivel de los telefilmes. Pero entonces la puedes ver como un telefilme, y está todo bien. O algo así. Después de todo, a nadie le hace mal ver a Erika Eleniak en ropa interior tirando una cuerda de ropa al interior del pozo...

IDEAL PARA: Esos días en que ver cualquier cosa demasiado densa te hace doler la cabeza y necesitas poner el cerebro en neutro con algo divertido durante dos horas antes de irte a dormir.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



domingo, 12 de octubre de 2008

"Las razones de la guerra" (2005).


-- "Why We Fight". Estados Unidos. Año 2005.
-- Dirección: Eugene Jarecki.
-- Actuación: Entrevistas a Ken Adelman, Joseph Cirincione, Anh Duong, Gwynne Dyer, John S.D. Eisenhower, Susan Eisenhower, Donna Ellington, Chalmers Johnson, William Kristol, Karen Kwiatkowski, Charles Lewis, John McCain, Richard Perle, Dan Rather, James G. Roche, Wally Saeger, Wilton Sekzer, Naj Sheesan, William Solomon, Franklin Spinney, Richard Treadway, Michael Valentine, Gore Vidal.
-- Guión: Eugene Jarecki.
-- Banda Sonora: Robert Miller.

¿DE QUÉ SE TRATA?

17 de Enero de 1961. Dwight Eisenhower, el héroe de la Segunda Guerra Mundial devenido en Presidente de los Estados Unidos, a punto de entregar el poder a su sucesor el telegénico JFK, lanza su último mensaje. Y sus palabras son radicales y lapidarias. América debe tener cuidado. Porque la democracia ya no está amenazada por hombres oscuros y con máscaras ululando illah-Allah-illah-Allah, ni por vastos cuadros de camisas negras caminando graciosamente detrás de un enanito semicalvo de bigote que se hace llamar Der Führer. Ahora, emerge un nuevo poder, lejos de los cenáculos de la democracia, que con el poder del dinero y los intereses todo lo corrompe. ¡UAAAAAÁ, TIEMBLEN, HA LLEGADO LA ERA DEL COMPLEJO MILITAR INDUSTRIAL! Bueh, las palabras del buen Dwight (Ike para los amigos) caen en saco roto. Porque en las siguientes generaciones, el malvado CMI sigue acumulando poder, poder, poder, PODER... ¡¡¡PODEEEEEERRRRRR!!! Años después, llega el 9-11. Tenemos a un veterano de Vietnam diciendo entonces que vio las Torres Gemelas desplomarse, y que en esas Torres estaba uno de sus retoños, carne de su carne y semen de su semen. El odio lo cegó. Lo ennegreció. Madness...? THIS... IS... AMERICA!!! Y quería venganza. Contra quien fuera. Contra todo el mundo si fuera preciso. Pero que alguien pagara por la preciosa vida de su hijo. Aunque eso signifique arrojarle una bomba a un país extranjero encima de las casas de veinte hijos de alguien más (que probablemente fueran civiles y por tanto tan pobres diablos como él mismo). Y en medio de eso, George W. Bush lanzó al mundo entero en la Guerra Contra El Terror, contra el Axis of Evil. Pero, ¿fue realmente Bush? ¿Fue realmente el odio de esos bien criaditos americanischen que se creían sobre el Bien y sobre el Mal? ¿O fueron los tenebrosos tentáculos corporativos de la América Militar, la América del Complejo Industrial Militar...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Descubres la manera de hacer algo industrial, y sale el monstruo de la caja, porque no sólo viene en serie, sino que además pierde toda la gracia, ahorrando costos para ganar con la explotación masiva. La comida de mamá fue reemplazada por esos asquerosos chicles con gusto a carne que llaman "hamburguesas" en los McDonald's, los viejos automóviles con personalidad han sido reemplazados por modelos que para qué diablos te vas a fijar en la marca si todos tienen la misma forma (bueno, por el prestigio de tener la H de Hyundai en vez de la H de Honda), y las viejas vaporosas novelas con delicados ensueños fantásticos han sido reemplazadas por plúmbeas enealogías de aventuras tan interminables como repetitivas como Harry Potter o TLOTR (bueno, "El Señor de los Anillos" eran apenas tres tomos, pero pesaban y se hacían interminables como 300...). ¿Y la fabricación de armas? Lo mismo. El viejo gusto de tener tu querido sable con nombre, o tu katana regalona, o tu mandoble bien bautizado (Durandarte, Excalibur...) ha sido reemplazado por una fría e impersonal AK-47 en la que tienes que ser muy psicótico para llegar a quererla como una amante, si es igual a las demás (por cierto, ¿nadie vio esa gran escena en el campo de entrenamiento de la peli "Nacido para matar"...?). Pero la gente sigue prefiriendo porque, bueno, es más barato, y se quiera o no, no están los tiempos para dispendios, que esto de darse un gustito está bueno para las rameras de "Sex and the City", pero uno que vive con la economía más en el nivel de supervivencia que en el de la opulencia, pues bien... Y así la empresa sobrevive. ¿Se puede llevar el negocio un paso más allá? ¡Claro! La clave no necesariamente pasa por convencer a un gran público, que al final si son todos chaucheras y ninguno billetón no se gana sino con el ratoneo de los centavos, sino más bien por convencer a un gran patrimonio. ¿Y qué mejor patrimonio que el Fisco? ¡Ah, Poderoso Caballero es Don Fisco...! De hecho, algunos mercados apuntan específicamente hacia allá. ¿Quién otro, en una sociedad civilizada, podría querer tener tantas armas? O sea, me refiero a: aparte de ciertos multimillonarios, que sus casas deben ser verdaderas fortalezas de seguridad del siglo XXII para la eliminación de todos los elementos hostiles redistribucionistas (un poco menos para tí, un poco más para mí). Claro, en países como Estados Unidos cualquier cretino puede tener un arma y comprarla para matar a compañeritos de curso más cool que uno como en "Bowling por Columbine" o "Elefante". Pero ni el más pintao de los privaos se consigue, o debería poder conseguirse legalmente al menos, un lanzagranadas o un Stinger, o si no ya tenemos el "RoboCop" armado. Para esos productos, la única salida es papi Estado. Y así tenemos la paradoja de una industria en la que circulan los millones a mansalva y por lo tanto debería ser profundamente libremercadista, y ¡hala!, por consejo de los buenos equilibrios contables cae en el más acedrado de los keynesianismos. O sea, para la industria de las armas, apoderarse del Estado no es sólo un buen negocio, sino que es cuestión de supervivencia. Y, pues bien, como en las democracias actuales es un poco impresentable eso de que los fabricantes de armamentos se entiendan tan bien con el Estado como lo era en los buenos tiempos de Teglatfalasar o de Tamerlán, pues bien, habrá que buscar algunos conductos más retorcidos para conseguir el anhelado encuentro entre la oferta y la demanda...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Dentro de la marejadilla de filmes documentales autoflagelantes sobre cómo Estados Unidos se está fusilando su propia democracia (quizás deberían poner a la Estatua de la Libertad en cuatro para que sea más fácil sodomizarla...), como por ejemplo "Fahrenheit 9-11", "El mundo según Bush", "Niebla de guerra" y un pequeño largo etcétera, éste tiene un sabor especial. Vale que es otro filme antiBush, que es la enésima crítica contra Darth Bush y todo eso, pero su foco no está puesto en la Guerra Contra Irak. De hecho, las partes más débiles del documental son cuando muestran a irakíes hablando sobre los bombardeos estadounidenses, no porque sean irrelevantes, sino porque es algo ya visto en otros documentales/reportajes/etcétera. Pero el fuerte está en la descarnada descripción sobre cómo funciona el Complejo Militar Industrial. Prácticamente no hay ángulo que se dejen fuera. Hay una perspectiva histórica sobre cómo fue creciendo el Complejo Militar Industrial, desde que estallara la Guerra Fría y se hiciera perentoria la no-desmovilización (no vaya a ser cosa de que los comunistas del carajo nos traten de meter una atómica como supositorio por Cuba), hasta las florecientes campañas de propaganda actuales sobre lo chupi que te la pasas montando en el ejército, como un capitán de B-52 cualquiera de ésos que aparecen en "Doctor Insólito". Hay una perspectiva política, con un análisis a la vez muy profundo y muy didáctico sobre cómo el Complejo Militar-Industrial en realidad es un Complejo Militar-Industrial-Congresístico, porque a ver quién es el congresal guapo que dice "no, paremos a la industria militar" si es que ellos proporcionan varios centenares de puestos de trabajo en casi todos los Estados de la Unión a varios centenares de votantes registrados. Hay una perspectiva sociológica, sobre cómo funciona para la población civil el tema, incluyendo esos deslumbrantes pabellones en donde te muestran lo cool que es ser militar. Y hay también una perspectiva personal, a cargo del policía al que le tumbaron el hijo en las Torres Gemelas y que... Bueno, esa última parte chirría un poco porque no tiene que ver directamente con el Complejo Militar Industrial, que es el hilo conductor de la peli, pero a un nivel más profundo, da a entender que el Complejo no habría llegado tan lejos si la sociedad civil no estuviera tan profundamente adormecida por la falta de debate público.

-- Una de las fortalezas del documental es proporcionar una visión amplia del asunto. A diferencia de "Fahrenheit 9-11", que tendía a sobredimensionar a los que piensan como nosotros y a payasear sobre los que no piensan como nosotros (y bueno, a payasear absolutamente sobre George W. Bush, que no piensa en absoluto), acá tienen voz del lado de acá y del lado de allá. Y difícilmente los entrevistados del bando de los chicos malos, o sea, de los que dicen "American Empire is good, American Empire can do everything because is good" podrían decir que les están distorsionando las palabras o algo así. Es escalofriante escuchar a John McCain, antiguo veterano de Vietnam, poniendo su mejor cara de que "¡pero claro que somos la mayor fuerza del bien del planeta!", como si fuera estúpido pensar otra cosa (bueno, los irakíes y los afganos deben ser estúpidos, por eso se resisten en vez de dejarse invadir, claro, eso debe ser). Y bueno, ése tipo está corriendo para la Presidencia. Los tipos "del otro lado" explican claramente su mentalidad, y aunque no lo dicen (lo dan por hecho, se lee en cada entrelínea), se sienten absolutamente superiores al resto de la Humanidad y la desprecian con cada una de las más íntimas fibras de su ser, simplemente porque ellos son el modelo de perfección moral sobre este mundo y los demás deberían ser como ellos. En ese sentido, sin necesidad de recurrir a trucos baratos de cámara ni un trabajo muy elaborado de edición, el documental consigue condenarlos con sus propias palabras.

IDEAL PARA: Entender cómo Estados Unidos pasó del "duck and cover" al "rest of the world: duck and cover".

ENLACES.

-- (Ir a la página) Entrada en IMDb.
-- (Ir a la página) Artículo de la Wikipedia en inglés.
-- (Ir a la página) Comentario en Tertuliándole.

VIDEOS.

-- Inicio de la peli [en inglés, subtítulos en español].



viernes, 10 de octubre de 2008

"Niebla de guerra" (2003).


-- "The Fog of War: Eleven Lessons from the Life of Robert S. McNamara". Estados Unidos. Año 2003.
-- Dirección: Errol Morris.
-- Actuación: Robert McNamara (entrevistado).
-- Guión: Bien, es un documental basado en una entrevista, así es que guión, lo que se dice guión...
-- Banda Sonora: Philip Glass.

-- "Niebla de guerra" en IMDb.
-- "Niebla de guerra" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Bienvenidos al siglo XX. La Era de Hitler. La Era de Stalin. La Era de... ¡McNamara! ¿Están encendidos esos micrófonos...? ¿Ya estamos grabando...? ¿Sí? Verán. En este mapa puedo demostrárles cómo vamos a ganar Vietnam en unas poquititas semanas... Sí, vengo diciendo eso desde hace siete años, pero créanme, ésta vez sí que sí. Pues bien, había una vez un chiquillo llamado Robert Strange McNamara, que creció y era muy chupi inteligente, y que por eso fue llamado a servir a su Patria no como carne enlatada para balas en el frente de la WWII, sino en la retaguardia, diseñando políticas para hacer más mortíferos los bombardeos. Después de la bomba atómica, se suponía que nunca más iba a pasar nada como eso, claro está. De manera que salió desde los departamentos públicos y enfiló a la empresa privada, y los mismos métodos que lo llevaron a mejorar los bombardeos masivos contra la población civil de Alemania y Japón, lo ayudaron a levantar la alicaída Ford. Hubiera sido así para siempre, pero en eso llega... ¡¡¡KENNEDY!!! Y ya sabes lo que dice Kennedy: "Don't ask what your country can do for you, but ask what can you do for your country!". Así es que tenemos ahora a McNamara metido de lleno en la cada vez más creciente tensión de Vietnam. ¿Conseguirá nuestro buen McNamara derrotar al Vietcong e imponerle la democracia americana a esos pobres asiatiquitos...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Robert S. McNamara es sin lugar a dudas uno de los personajes más controvertidos del siglo XX. No tan telegénico como un Hitler o un Stalin (aunque quién sabe, esos dos eran anteriores a la TV masiva), o acaso por no usar bigote recortadito como los anteriores (o una barhaza de chiho con un puro habano como Fihel Castro, chico...), no ha tenido tanta presencia en el imaginario colectivo de la Humanidad (además, con esa cara de nerd bien peinadito que tenía el pobre, en los videos de archivo...). ¿Fue McNamara verdaderamente el Angel de la Muerte cuyo gélido toque causó la tragedia humana de Vietnam? ¿O fue apenas un prisionero de las circunstancias, un engranaje más dentro de la mortífera lógica MAD (Mutually Asegurated Destruction) de la Guerra Fría? Como sea, desde que se descubriera gracias a la publicación de los papeles del Pentágono que la Guerra de Vietnam fue un truño del tamaño de la Catedral de Burgos (como se retrata en "Los papeles del Pentágono", por ejemplo), que la herida de tantos muertos quedó sangrando, y motivó pelis autoflagelantes como "Rambo" (la primera, claro está), "Pelotón", "Nacido el 4 de Julio", "Nacido para matar" y un largo etcétera. Mucha gente se estaba preguntando what the hell was McNamara thinking, peleando en Vietnam una guerra que estaba perdida de antemano. Bueno, gracias a este documental, ahora lo sabemos. Y uno descubre cositas que a lo mejor no quería saber...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una de las mejores pelis que conozco sobre el viejo y nunca bien ponderado tema de la "razón de Estado". Se ha promocionado esta peli como "aquella en la que el perro jodepú de McNamara confiesa ser un criminal de guerra". Sí, hay una parte en la que dice (respecto de la Segunda Guerra Mundial, no de Vietnam, ojo) que no les pasó nada porque vencieron, pero si hubieran perdido la guerra, hubieran sido juzgados como criminales de guerra por sus bombardeos incendiarios contra los barrios pobres y más densamente poblados de Tokio y otras ciudades de vetusta y linda madera en Japón. Pero esta es una lectura simplista y maniquea promovida por aquellos quienes, por estar fuera de los engranajes del poder, no entienden lo que significa estar en medio de la maquinaria. Desde los tiempos del buen Nicolás Maquiavelo que los teóricos del poder saben bien que un príncipe (o un Secretario de Defensa de los Estados Unidos de América, tanto más da) debe hacer cosas desagradables y repugnantes para mantenerse en el poder. A eso se lo llama la "razón de Estado". Allí no entra la moral. Federico el Grande de Alemania tuvo que aprenderlo a sus costillas, cuando de joven (con la ayuda de Voltaire como ghost writer, todo hay que decirlo) escribió un "Antimaquiavelo", y después de acceder al trono tuvo que aplicar todas las políticas maquiavélicas para sostenerse en él. Eso no es bueno ni es malo, simplemente el mundo es así, y pretender que McNamara en esta peli "se desnuda y muestra toda su miseria moral", como algunos apologistas de lo políticamente correcto pretenden, es no saber leer lo que aquí se está mostrando. Lo que se muestra es la visión de un hombre de estado cuyo trabajo de 9 a 5 es conseguir básicamente que miles o millones de enemigos mueran. Es su trabajo. Por eso le pagan. Para él, todo es cuestión de estrategias: estrategias para mejorar la eficiencia de los bombardeos masivos en la Segunda Guerra Mundial, estrategias para salvar vidas de accidentes automovilísticos gracias a los autos Ford, estrategias para ganar Vietnam (o no perderla tan feo, al menos). ¿Consideraciones morales, arrepentimientos sibilinos? Detrás de la puerta, por favor, gracias... McNamara da en el clavo cuando repite muchas veces que todo se trataba de la lógica de la Guerra Fría. ¿Y la lógica de los sentimientos, de las emociones? McNamara no lo dice, pero eso está bonito para las conciencias bienpensantes. Pero (McNamara no lo dice, pero uno puede inferir) sólo un Octavio Augusto o un Asoka, dueños de sendos imperios universales sin contrapeso visible, pueden darse el lujo de ser éticamente correctos en política. ¿Luce McNamara como una especie de sicópata, mostrando mapas y cifras sobre Vietnam en televisión como si se tratara del balance consolidado del ejercicio anual de una empresa? Bueno, es su trabajo. Para que tu trabajo sea ganar una guerra, debes dejarte convencer de que allá afuera hay variables fuera de control, la niebla de la guerra, y allí la suerte del ser humano individual que pena, sufre y muere en las trincheras deja de afectarte. Y haces bien tu trabajo. Esta peli refleja muy bien esa clase de mentalidad. Desgraciadamente para nuestro mundo, ésa es la mentalidad que gana guerras. Y para desgracia aún mayor, las guerras son una parte consubstancial a la civilización. Sería bonito que fuera de otra manera, pero no lo es. En algún momento se le pregunta a McNamara, de manera oblicua, sobre si siente arrepentimiento de sus acciones, y éste replica que todo es la lógica de la Guerra Fría. La parte siniestra del asunto es que en esto no es ningún sociópata y que tiene toda la razón del mundo, o si es un sociópata, concedámosle que Estados Unidos en ese minuto necesitaba precisamente que un sociópata fuera su Secretario de Defensa, aunque sea por un mero mecanismo de adaptación darwiniano para ganar una conflagración de nivel planetario. ¿Fue finalmente McNamara un criminal o no? La cuestión queda lo suficientemente abierta como para que el espectador se forme su propio criterio. Quizás lo único deplorable de este documental sea el trabajo de edición, que mezcla y entresaca frases, probablemente para darle mayor agilidad al formato, pero que a cambio nos deja in albis sobre cuánto cercena de lo que verdaderamente McNamara quería decir. Pero en todo el resto, el documental es una formidable pieza fílmica sobre el arte de librar y ganar una guerra. El resto es silencio, es simplemente niebla de guerra.

IDEAL PARA: Tener un acercamiento cabal a la lógica de quienes deben ganar la guerra con prescindencia del elemento humano que pueda verse envuelto en las guerras.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "NIEBLA DE GUERRA":

-- (Ir a la página) Comentario en Chemtrails sobre Buenos Aires.

VIDEOS.

-- Primera parte de la peli [en inglés, subtítulos en español].

martes, 7 de octubre de 2008

ENCUESTA CINE 9009: Efectos especiales.

En Septiembre le preguntamos a nuestros lectores: "¿Contribuyen los efectos especiales a las películas?". 22 personas votaron, en una encuesta de opción única, y las respuestas son las siguientes:

-- ¡Sí, sí, sí, hacen impactante la película!: 7 votos (31%).
-- Si mejoran la película, entonces bienvenidos: 3 votos (13%).
-- Pues bien, si la trama lo exige...: 3 votos (13%).
-- Dosificados al máximo, y no como sustitutos de la creatividad: 6 votos (27%).
-- Categóricamente no, matan el arte de contar una historia: 3 votos (13%).

Curiosos resultados. Porque los dos peak de votación son la opción resueltamente entusiasta (¡casi un tercio de los votos!), y la opción negativa moderada. La opción neutra y la opción positiva moderada obtuvieron entre ambas menos votos incluso que la opción entusiasta. Las dos opciones positivas, por su parte, suman casi la mitad de los votos, mientras que las dos negativas se empinan al 40%. ¿Conclusión? Los efectos especiales polarizan a la gente, en dos bandos irreconciliables, que pelearán uno contra otro en un duelo de tres días hasta la muerte... Con efectos especiales en un caso, y con cine puro y desnudo por el otro. Buena suerte con eso...

domingo, 5 de octubre de 2008

"Los crímenes de Oxford" (2008).


-- "The Oxford Murders". España / Inglaterra / Francia. Año 2008.
-- Dirección: Alex de la Iglesia.
-- Actuación: Elijah Wood, John Hurt, Leonor Watling, Julie Cox, Burn Gorman, Anna Massey, Jim Carter, Alan David, Dominique Pinon, Tim Wallers, James Weber-Brown, Ian East, Charlotte Asprey, Alex Cox, Tom Frederic
-- Guión: Jorge Guerricaechevarría y Alex de la Iglesia, basados en la novela de Guillermo Martínez.
-- Banda Sonora: Roque Baños.

¿DE QUÉ SE TRATA?

En el frente de batalla, la mitad del mundo está siendo asesinada y tratando de asesinar a la otra mitad. Es la Guerra Mundial, después de todo, ¿no? Pero mientras cada bando alza su fusil para alzarse con la victoria, hay un irreductible galo que... hmmmmmm... bien, es alemán, pero me entienden la metáfora. Hay un alemán garrapateando palabras. ¿Qué palabras? Pues nada menos que el "Tractatus Indigesto-Filosoficus"... perdón, el "Tractatus Logico-Philosophicus", la más importante obra de la Deutschmaschinenkultur del siglo XX (chúpate ésa, Heidegger). La obra de Wittgenstein, que así se llama el paleto de marras, le da pretexto a un profe de Oxford muy chupi, de esos que dicen "con Wittgenstein llegó a su fin la Filosofía, pero como ya no podemos seguir avanzando en la investigación filosófica porque nunca hubo investigación de ninguna clase desde un comienzo, pues bien, explicaremos en la cátedra de Filosofía por qué la Filosofía es imposible y así seguimos cobrando el estipendio mensual", el profe de esta filosofía como "la buena vida", decíamos, está dando una cátedra. De la manera pesada, prepotente y autoritaria que tienen las vacas sagradas para expresarse desde su púlpito secular. Pero las cosas no serán tan sencillas. Porque este profe tiene un admirador, un jovencito que dice "quiero ser tan chupi como él", como el Platón de Sócrates, como el Moisés de Nap, como el rubio de WHAM! de George Michael... Y en fin, el jovencillo se ha ido a alojar en la casa de unos amigos del profe, con la esperanza de ser recibido. Craso error. El vejete no recibe a nadie. Demasiado vapor caliente alrededor suyo, me temo. Pero el joven wannabe no se rinde. Y sigue a la carga. Poniéndose de paso a tiro de dos chicas que, hmmmmmm... Sí, están muy apareables, ambas, a su manera anglicana la una y con su sabrosón toque latino, la otra. ¿Es acaso ésta la historia de un cultureta cuya guitarra de peanes líricos le hará oscilar violentamente entre dos amores que se derriten por un intelectual? Podría ser, pero entonces aparece... ¡¡¡CHACHAAAAAÁNNNNNN!!! ...el cadáver. Cruelmente asesinado. Ahora, unidos por la curiosa circunstancia de haberse encontrado el joven wannabe y el Poderoso Señor de la Filosofía en el sitio del crimen, la feliz pareja dispareja debe empezar a resolver... ¡¡¡LOS MISTERIOSOS CRÍMENES DE OXFORD!!! uaaaaaá, tengan miedo...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Las Matemáticas y la Lógica ya no son lo que eran. Antaño uno podía impresionar a la gente con esas cosas. Vean a Pitágoras, el chalao que viajó a Egipto, aprendió unos simpáticos trucos con numeritos, y luego se fue a Italia a fundar su propia secta de la que él, por supuesto, era el P*** Amo (eso hasta que le cayó la maldita raíz cuadrada de dos como un baldazo de agua fría). Aquellos eran gente temible. Tanto, que a la inteligentísima Hipatia, los cristianos de pro, guiados por su venerable Obispo Cirilo, la apedrearon y le arrancaron la piel con conchas de ostra, estando viva, por supuesto, quizás tratando de hacer un exorcisomo, vaya uno a saber (¿ya dijimos que este santo patrón del oscurantismo fue canonizado por la Iglesia Católica, ninguno de cuyos obispos tenga probablemente una puta idea de Matemáticas, más allá de llevar la contabilidad del 1%...?). Nunca podremos los historiadores calcular con certeza los alcances de la devastadora influencia ejercida por los adláteres de la Filosofía Analítica, por los buenos de Frege, Russell y Wittgenstein, en la demolición del prestigio profesional de los Matemáticos, al permitírseles enredarse de esta manera en los oscuros meandros de la Metafísica de los numeritos bonitos (¿los números expresan una clase de verdad irreductible sobre el mundo? ¡Toma, ya!). Bueno, los matemáticos nunca habían sido ajenos al arte de ser un rockstar (échenle un vistazo a la biografía de los matemáticos italianos del XVII, si es que se la pasaban en puros duelos, a pluma y pizarrón a falta de espada, claro está...), y la tendencia ha seguido en el XX con engendros como Nicholas Bourbaki o el tipo ése que resolvió el Ultimo Teorema de Fermat... De ahí a que saltara alguien escribiendo una novela conectando crímenes y Matemáticas, faltaba un paso. Y después de todo, ¿por qué no? Al final, las novelas detectivescas, al menos las del tipo quién lo hizo (ya saben, Agatha Christie, Sherlock Holmes) son ejercicios puros de lógica (bueno, algunas más que otras, si es que hasta la venerable Christie se le "olvidaba" sacar pistas de la carpeta sino hasta el final...). Alguien dijo en una ocasión que el cadáver es de plástico: realmente a nadie le importa quién es el muertito, sino la identidad del asesino y el entramado lógico necesario para identificarlo más allá de toda duda razonable, y el cadáver no es sino un pretexto para darle el puntapié inicial al juego lógico. O sea, tenemos el pretexto ideal para hablar, a propósito de los crímenes, sobre el problema de los límites del pensamiento, los límites de la lógica, los límites del sentido... ¿Y la novela de Ludwig Wittgenstein P.I., para cuando? Vale que era un poco mariconcito, y no da el tipo viril de un Humphrey Bogart, pero igual tener a Wittgenstein resolviendo crímenes en la Viena nazi da de sí...

¿POR QUÉ VERLA?

-- Francamente no entiendo la inquina con la cual los críticos, tanto los profesionales como los amateurs blogueros (bueno, a mí para profesional me falta que alguien me pague, que para algo Cine 9009 es mucho mejor que otros blogs wannabes por ahí...), le han cobrado a esta peli. Porque esta peli es un policial bastante correcto. Un poco salido de madre a ratos (ese bus cargado de monguitos...), pero correcto. Hay una serie de muertes misteriosas, hay una investigación criminal en toda regla, el juego de sospechosos está bien tramado, y la resolución final es quizás un poco decepcionante, pero es congruente con el resto de la narración. ¿Qué más le piden a la peli? ¿Extasis místico, comunión, teofanía...? ¿Qué...? Claro que hay varias posibilidades de decepción acá: 1.- La novela original era mejor (no lo sé, no la he leído), 2.- Esperaban puro esperpento al estilo Alex de la Iglesia y les molesta que se haya adocenado un poco (¿y qué? ¡Déjenlo tranquilo, hombre, por Dios! ¿O acaso quieren que ruede "Acción mutante" y "El día de la bestia" una y otra vez hasta que esté en las náuseas de muerto, el pobre...? Además, ya había mostrado su amor por el policial clásico en "Crimen ferpecto", y si quiere seguir haciendo discretos homenajes, pues...), o 3.- Sobredosis de Matemáticas y Lógica (el promedio de la gente es ignorante y le disgusta pensar, y si mencionan cosas serias como Wittgenstein o el Teorema de Fermat en vez de misticismo pseudohistórico como en "El Código Da Vinci", se rebelan por la tangente). Pero en fin, aparcando todas estas cosas en el estacionamiento para minusválidos, tenemos un producto con un buen acabado, y bien hechito.

-- Crímenes y Matemáticas. Ecuación difícil, porque el asunto de los crímenes emociona por un tema visceral (vale, está bien eso del ejercicio de razonamiento, pero no en balde las novelas de crímenes más populares son las que involucran asesinato, no estafas ni adulterios), y el de las Matemáticas... Bueno, para ser matemático no hay que tener vísceras, de entrada. No se puede decir que la peli encaje bien ambas cosas, y pareciera a ratos que las conversaciones matemáticas van por un lado y la investigación criminal va por otro, pero es que, oigan... Ambas combinan mal, ¿lo sabían? Y la peli en eso es realista. Cuando se ponen a hacer disquisiciones matemáticas pareciera que los personajes están en la tercera nebulosa porque efectivamente el pensamiento matemático PERTENECE A LA TERCERA NEBULOSA. Las Matemáticas se necesitan corrientemente para sumar las monedas para el pan (bueh, con esta inflación, los billetes...), y para poco más que eso (ya sé, me van a dar la tabarra con los contadores y los impuestos, pero ¿cuántos de ustedes trabajan en empresas de auditoría, ah?). Las altas Matemáticas, ésas que permiten inventarse Bosones de Higgs o detallar en simulación los efectos de una detonación termonuclear, ésas son cosas para unos pocos iniciados, que viven en un mundo paralelo al nuestro. En efecto, ellos son frikis y hacen cosas de friki, sólo que como les pagan con generosas subvenciones del Gobierno para hacer modelos estadísticos sobre el envejecimiento de la población futura y la quiebra del modelo de pensiones vs. el calentamiento global, pues bien, nadie tiene la cara de llamarlos así. Y esta peli rescata bien esa cosa friki que tienen los matemáticos, de vivir en sus propias wittgensteiníadas. Que les aproveche.

-- Las conversaciones sobre Lógica están bien. Notablemente bien. Mucho público debe haberse aburrido con ellas, pero servidor estaba fascinado. Vale que a veces caían un tanto en el simplismo, pero no deja de ser un lujo tener una peli en la que parte importante del trasfondo está regido por el pensamiento de Wittgenstein y su "Tractatus Diarreico-Philosphh...", perdón, su "Tractatus Logico-Philosophicus", se hable de cuestiones acerca de si las Matemáticas son convenciones o son la realidad, si es posible tener certeza absoluta sobre el mundo o no...

-- Pasemos al apartado más puramente cinematográfico. La peli, aparte de caer en algunos clichés (la chica histérica, el estudiante medio perturbado, el ex-estudiante perturbado entero...), está en general bien resuelta. Las actuaciones son bastante buenas, si exceptuamos al más bien débil Elijah Wood y sus ojazos de sensible/sorprendido (el pobre fue, es y será por siempre Frodo, de "El Señor de los Anillos", y ya nunca se podrá sacar el cartel, aunque quiera... mejor haría retirándose del cine con dignidad), que no termina de encajar por completo en un personaje que, sin lugar a dudas, tiene sus complejidades (¿se habrá sentido incómodo con el mariconeo latente que es inherente a su personaje...?). A su lado, John Hurt está grandioso como el despreciable, mezquino y miserable matemático encerrado en su torre de marfil. Leonor Watling cumple con poner las curvas peligrosas (y sí, no es una de Hollywood ñoñamente recatada sino que hay topless, para felicidad del pobre Elijah Wood, mira como sufre el hobbit miserable ése...), y Julie Cox consigue dar el tipo como la chica pasadita de roscas (todos hemos tenido una así, y sabemos lo temibles que pueden llegar a ser). Y la banda sonora no es la gran maravilla, pero es un tanto atípica para los estándares hollywoodenses, y acompaña sin excesivo fastidio.

IDEAL PARA: Ver una peli de muertes misteriosas que quizás no sea imprescindible ni de lo mejor que ha hecho Alex de la Iglesia, pero que cumple con lo que se espera de una buena peli de misterio policial.

ENLACES.

-- (Ir a la página) Sitio oficial en español.
-- (Ir a la página) Entrada en IMDb.
-- (Ir a la página) Artículo de la Wikipedia en inglés.
-- (Ir a la página) Comentario en Blog de Cine.cl.
-- (Ir a la página) Comentario en Escribiendo Cine.
-- (Ir a la página) Comentario en Quizá Soñar.
-- (Ir a la página) Comentario en E.E.Y.A.U.D. Danny MacGill.
-- (Ir a la página) Comentario en Radiópolis en la Web.
-- (Ir a la página) Comentario de Ramón Monedero.
-- (Ir a la página) Comentario en Kinóptico.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [doblado al ezpañoh].



-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



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