11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

domingo, 29 de enero de 2012

"Sherlock Holmes: Juego de sombras" (2011).


-- "Sherlock Holmes: A Game of Shadows".
-- Dirección: Guy Ritchie.
-- Actuación: Robert Downey Jr., Jude Law, Noomi Rapace, Rachel McAdams, Jared Harris, Stephen Fry, Paul Anderson, Kelly Reilly, Geraldine James, Eddie Marsan, William Houston, Wolf Kahler, Iain Mitchell, Jack Laskey, Patricia Slater.
-- Guión: Michele Mulroney y Kieran Mulroney, basados en los personajes de Arthur Conan Doyle.
-- Banda Sonora: Hans Zimmer.

-- "Sherlock Holmes: Juego de sombras" en IMDb.
-- "Sherlock Holmes: Juego de sombras" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

1891. La pacífica Europa de la Belle Epoque está siendo atacada por... ¡¡¡ANARQUISTAS!!! ¡¡¡QUE PONEN BOMBAS!!! ¡¡¡BOMBAS QUE HACEN KABÚM!!! (ya se sabe, no hay peli de acción actual que no parta con un bombazo/explosión/¡¡¡BUM!!!). La pizpireta Irene Adler está haciendo unos mensajitos, justo a tiempo para que la intercepte... Bond, James... er, no, perdón, me equivoqué. Junior. Robert Downey Junior. Haciendo de Sherlock Holmes. Que en esta peli es como James Bond, pero en versión desastrado decimonónico. Holmes y Adler fintan un rato tendiéndose celadas y contraceladas para apropiarse del paquete en cuestión, lo que lleva a Sherlock Holmes a detener otro bombazo más, por supuesto. En tanto, Irene Adler se sale de su camino, y va a reunirse con un tipo llamado el profesor Moriarty, quien le dice algunas ominosas palabras acerca de cómo ella se ha comprometido mucho con Sherlock en la peli anterior, etcétera. Ella, al adivinar lo que se viene, sale corriendo por pies. Pero no mucho. Sí, leñe, diez minutos de peli y la principal prota de la entrega anterior termina mordiendo el polvo. Sherlock Holmes, en tanto, espera y espera en un restaurante a que llegue la chica a la cita, sabemos que en vano... ¡¡¡SECUENCIA DE CRÉDITOS!!! Sí, que después de la secuencia de precréditos ahora sí que comienza la peli de verdad. Igualito que en las de Bond.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Había una vez un directorcillo post-Tarantino llamado Guy Ritchie, que parecía el chico maravilla del cine británico, la respuesta british a Quentin, que alcanzó la cima con "Snatch: Cerdos y diamantes", antes de desbarrancarse con "Insólito destino" (pero es que con Madonna, quién no se desbarranca). Parecía que Guy Ritchie iba a quedar como otro here-today-gone-tomorrow, cuando de pronto conseguir la opción para rodar "Sherlock Holmes" se transformó en su tabla de salvación. No mucha gente creía en la peli. ¿Guy Ritchie dirigiendo a un personaje tan flemático y señorial como Sherlock Holmes, la encarnación misma del British Empire Pride en persona? ¿Con el borrachín ése de Robert Downey Jr. en el protagónico? Increíblemente, la maniobra tuvo éxito. Y tuvo éxito haciendo el más difícil de que fuera una buena peli, y además la audiencia respondiera. Por supuesto que la secuela estaba garantizada, y a Guy Ritchie, otrora ninguneado por los jerifaltes de Hollywood, ahora fueron rogándole de rodillas a que le dirigiera la misma. Para que se vea que en Hollywood no sólo se ven las ratas abandonando el buque... sino también nadando de regreso cuando lo vuelven a reflotar.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Siendo directos, "Sherlock Holmes: Juego de sombras" es más de lo mismo. O sea, si tienes a la misma dupla protagónica, al mismo director, a los mismos productores y al mismo paniaguado poniéndole musiquita, es como lógico que salga más o menos lo mismo. Aunque los guionistas sean otros: historias y guiones con personalidad aquí, miren ustedes. Si te gustó "Sherlock Holmes" la primera, ésta te gustará más o menos lo mismo, salvo que te pongas muy exigente o quisquilloso. Si eres de los que se llevaron las manos a la cabeza y clamaron a los cielos "¡¡¡ABOMINACIÓN, ABOMINACIÓN DE LA DESOLACIÓN!!!" porque sodomizaron a tu detective privado favorito de todos los tiempos, entonces no habrá reconciliación posible en esta entrega. El mayor cambio podría decirse que es rebajarle el perfil detectivesco a Sherlock Holmes y hacerlo más action-hero que nunca, hasta el punto que la trama podría colar como un James Bond steampunk (aunque Robert Downey Jr. no sea material Bond, precisamente), y nadie se extrañaría en lo absoluto de ello. Por otra parte, todo sea dicho, la historia original en que más o menos se inspira esta entrega ("El problema final", la única historia original de Conan Doyle en que aparece el profesor Moriarty, como no incluyamos la precuela "El valle del terror" en la mezcla) tampoco mostraba a Holmes detective, sino que tenía un sabor a protonovela de espionaje que se parecía a esos capítulos de tu serie de televisión favorita en donde te cambian por completo de género y te quedas con una expresión de WTF en la cara. La trama de la peli parte a toda pastilla, aunque por la mitad empieza a hacer aguas, notándose que tratan lo imposible de hacer tirar la historia como sea, y de meter escenas de acción como mejor se pueda, lo que la torna en algo aburridilla. Pero repunta de nuevo hacia el final, en donde por fin vemos las habilidades detectivescas de Holmes para averiguar el plan final de Moriarty, además de que la traca final es suspenso a la vena hasta el último, con lo que hasta le perdonamos el desarrollo arrastradito y todo. ¿Los actores? Salvan la papeleta entre lo aceptable (Noomi Rapace, la chica de la original "Los hombres que no amaban a las mujeres" desembarcando a toda pastilla en Hollywood, en un rol casi de adorno e indigno de su talento, o Stephen Fry como Microft Holmes), y lo excelente como Jude Law como el doctor Watson. Por cierto, entre los puntos fuertes está una banda sonora equilibradita a pesar de oscilar entre Hans Zimmer, Wolfgang Amadeus Mozart y... ¡¡¡ENNIO MORRICONE!!! (seriously, en un pasaje se interpretan de manera bien audible un cover de su tema para "Dos mulas para la Hermana Sara"). Y además la actuación descomunal de Jared Harris como el villanesco profesor Moriarty, que en cuanta escena que aparece, le roba la peli en la cara a todos los otros personajes, Sherlock Holmes incluído, y ya está escalando posiciones hacia mi listado personal de villanos favoritos del cine de todos los tiempos.

-- Hablando de Moriarty: por debajo de su textura de cine de acción livianito y lleno de pop-corn, la peli se permite un par de guiños bastante sombríos. La primera "Sherlock Holmes" ponía en escena el conflicto entre racionalidad y misticismo, y por una vez en la vida, ponía al racional de bueno (Sherlock Holmes) y al místico de malo (Blackwood), cuando con el cine de Hollywood suele ser al revés. En esta secuela en cambio, el conflicto es entre una racionalidad y otra racionalidad (la racionalidad de Moriarty es retratada casi como un espejo de la racionalidad de Holmes), lo que por supuesto tiene una serie de implicancias para el espíritu de la saga (duología por el momento, aunque no duden de que vendrá un "Sherlock Holmes 3"), y también para nosotros los seres pensantes que tendemos a analizar un poquito de más las pelis livianitas de acción. Lo más espeluznante es que dentro de esta racionalidad, el discurso final de Moriarty acerca del empujón que se requiere para lanzar a los países europeos a la guerra, resulta tremendamente desgarrador si se piensa que algunos añitos después de Sherlock Holmes, estalló en efecto la Primera Guerra Mundial. Uno podría decir que dentro del universo de esta saga, Holmes podría evitar una Primera Guerra Mundial quizás, pero hasta no verlo en alguna secuela cargándose a Gavrilo Princip y evitando el atentado de Sarajevo, debemos asumir que por muchos esfuerzos desplegados por Holmes a favor de la civilización occidental, su cruzada en definitiva resultará inútil. Y si hilamos un poco más fino... resulta que todo el mundo parece contento con esta era de esplendor y racionalidad, excepto esos locos anarquistas poniendo bombas por todas partes, que dentro de lo que el universo fílmico de la peli nos revela, nunca queda demasiado en claro por qué o contra qué se rebelan, si es que todo el mundo en la peli pareciera estárselo pasando tan bien... ¿Es que "Sherlock Holmes: Juego de sombras" es una peli facha en que los "indignados" aparecen caricaturizados como fanáticos iluminados terroristas? Podría ser, pero, rizando un poco más el rizo, ¿quién es el que se apoderó del movimiento de los indign... perdón, de los anarquistas, y los comanda para sus propios fines? Moriarty, el erudito y financiero internacional que es íntimo amigo del Primer Ministro. ¿Será que el inconsciente de los guionistas de Hollywood una vez más acusa? Que el amable lector saque sus propias conclusiones al respecto.

IDEAL PARA: Ver una digna secuela de la adaptación de Sherlock Holmes como action-man post-2000.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

jueves, 26 de enero de 2012

"El hombre lobo" (2010).


-- "The Wolfman". Estados Unidos. Año 2010.
-- Dirección: Joe Johnston.
-- Actuación: Benicio del Toro, Anthony Hopkins, Emily Blunt, Hugo Weaving, Geraldine Chaplin, Art Malik, Antony Sher, David Schofield, Simon Merrells, Cristina Contes, Michael Cronin, Nicholas Day, Clive Russell, Roger Frost, Shaun Smith.
-- Guión: Andrew Kevin Walker y David Self, basados en el guión original de Curt Siodmak.
-- Banda Sonora: Danny Elfman.

-- "El hombre lobo" en IMDb.
-- "El hombre lobo" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Inglaterra, 1891, la época en que los británicos eran la luz de la civilización y todo eso. Un hombre sale al exterior de noche, aparentemente ignorando que está en una peli de dizque-terror, y pasa lo predecible: termina convertido en escabeche. Escena siguiente: una chica con las bellas facciones de Emily Blunt, y que resulta ser la prometida del fiambrito, le escribe al hermano (cuasi-cuñado) para que se aparezca por la residencia. Apenas el hermano llega, se entrevista con su padre, con el que parece tener una relación todo lo dramática que se necesite para que esta peli tenga... ¡¡¡PERSONAJES!!! Luego hace lo que todo inglés de pro en circunstancias de funeral, o sea, pasearse por la taberna del pueblo y meterse trago entre pecho y espalda, lo que le permite escuchar las conversaciones de los vecinos: que si fue un asesino, que si fue un oso pulgoso, que si fue un monstruo cuyo nombre no debe mencionarse, pero que debe ser muerto con balas de plata... Los eventos siguen su curso, y nuestro prota, por azares del guión, termina metido en una trifulca en tierras de gitanos, en donde, luego de correr en solitario hacia el medio del bosque (con un asesino o bestia sueltos, hay que ser caído de la mata...), es atacado por algo o alguien, vaya uno a saber. Pasa el tiempo, y nuestro héroe no sólo ha sobrevivido al ataque, sino que ha mostrado un poder de regenación milagroso que ni la cola de las lagartijas, oiga usté (y el médico de turno lo apunta, pero ni se preocupa de estudiar el caso tampoco, quizás porque estamos en una época anterior al Nobel de Medicina). Al mismo tiempo, sus sentidos se agudizan, etcétera. Lo de siempre, vamos. Los aldeanos, por su parte, que ya se huelen lo que está pasando, marchan al castillo, perdón, a la mansión del prota y su padre, listos para linchar al jovencito (bueno, no tan jovencito, si es Benicio del Toro a fin de cuentas). De día, porque quizás el presupuesto de la peli no alcanzó para antorchas, vaya uno a saber. El caso es que pasa un mes completo, sobreviene otra luna llena, y... ¡¡¡NUESTRO HÉROE SE TRANSFORMA EN UN JODIDO HOMBRE LOBO!!! ¡¡¡UAAAAAÁ, TENGAN MIEDO!!!

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Aunque ustedes no lo crean, hubo una época en que los monstruos eran free-copyrighted: podías inventarte tu propia historia de monstruos, y no le tenías que pagar un puto denario a nadie por conceptos de derechos de autor y otras zarajandas. Pasó así lo que pasa cuando se confunde libertad con libertinaje: que todos los aprovechaos de merda se subieron al carro, y en todas las culturas del mundo se inventaron historias acerca de seres humanos que, bajo el influjo de tal o cual hechizo o fenómeno atmosférico o lo que fuera, se tornaban en bestias salvajes que dejaban escapar los instintos reprimidos, etcétera. En ese feliz calvero rondaban los hombres lobos, junto con otros monstruos varios, hasta que sucedió lo inevitable: aparecieron cazadores con peazo letreros UNIVERSAL STUDIOS tatuados en la frente, que los persiguieron y acorralaron hasta obligarles a firmar contrato y rodar pelis. Desde "El hombre lobo" con Lon Chaney Jr. en 1941, que el licántropo ha venido siendo asociado con los Estudios Universal. Y puestos a rebuscar en la biblioteca hasta dar con alguna franquicia rentable, Universal Studios decidió sacar un remake. En asociación con estudios más chiquitos, como es la costumbre de Universal Studios desde hace algunos años (no sólo de ellos, en realidad). La producción estuvo plagada de problemas: por la puerta giratoria de directores, después de que Mark Romanek defeccionara, pasaron Brett Ratner, Frank Darabont, James Mangold, Bill Condon y Martin Campbell, en una clara demostración de que nadie pensaba hacer una peli de autor aquí. Finalmente, Joe Johnston (que había rodado "Querida, encogí a los niños", "Rocketeer", "Jumanji" y "Parque Jurásico III", y desde ésta saltaría a "Capitán América", nada menos) se hizo con la dirección, y contrató a David Self (sí, leñe, se llama "David El Mismo") para reescribir el guión. Incluso hasta la partitura de Danny Elfman tuvo problemas: primero que sí, luego que no, que contratamos a otro más barato que haga el mismo trabajo, luego que el otro hizo un trabajo muloide y queremos a Elfman de vuelta... Las fechas de estreno se postergaron una y otra vez, primero el 2008, luego el 2009, al final el 2010... Con semejante confusión de nombres e ideas, ¿alguien se extraña de que haya terminado siendo parido lo que fue parido...?

¿POR QUÉ VERLA?

-- Después de toda la mala prensa, tanto la oficial como la bloguera, que como sabemos es la prensa de verdá en los XXI, ¿vieran ustedes que "El hombre lobo" no es tan mala como dicen...? Tampoco es que sea una maravilla ni mucho menos. Que no es el "Drácula" del Ford Coppola que le dicen, por mucho plagio que Danny Elfman le haya hecho al soundtrack de Wojciech Kilar. Pero la peli no está tan mal. Partamos por un guión clásico, que evita el vicio tan moderno de amontonar sorprendente giro de guión sobre sorprendente giro de guión, y que incluso se permite algunas salidas poco habituales en el cine de nuestros días, incluyendo la más que ambigua lectura al manido tropo del "power of love". Y cosa rara, la peli le presta tanta atención a los personajes como a los efectos especiales (aunque, voice of God said, quedó como un cuarto de hora de desarrollo de personajes que se fueron direct-to-director's-cut-DVD). La peli también hace uso abundante de un recurso que la peli original no podía, que era el gore a destajo, con una alegre seguidilla de miembros mutilados, cabezas cercenadas y vísceras evisceradas, sin llegar al torture porn ni mucho menos, pero que en opinión de su seguro servidor el General Gato quien esto escribe, es un adecuado upgrade a la sensibilidad 2010 del público, para quien el cartón piedra y la salsa de tomates ya no cuela. Joe Johnston dirige más o menos bien, sin estridencias ni alardes de ningún tipo, limitándose a ser correctito y punto, pero tampoco bajando el listón en ningún minuto. Los actores por su parte no es que se esfuercen demasiado actuando, pero si juntas a tipos con oficio como Benicio del Toro, Anthony Hopkins, Emily Blunt y Hugo Weaving, y los dejas hacer lo que mejor saben hacer sin estorbarles demasiado, entonces es muy difícil que vaya a chirriarte la peli por el apartado actuación, como de hecho no ocurre. Quizás el único aspecto realmente ramplón de la peli sea el CGI, que es usado extensivamente durante el día de furia del hombre lobo en Londres, y que por su marcado carácter artificioso es un sacón de onda en toda regla desde la atmósfera que la peli tan laboriosamente se había esforzado por construir. "El hombre lobo" se alza así como un entretenimiento, no voy a decir respetable, pero sí esforzado al menos. ¿Pudo haber sido mejor? Sí, indiscutiblemente pudo haber sido MUCHO mejor de lo que es. Pero tampoco es la mierda pinchá en un palo que muchos en su día dijeron que era.

IDEAL PARA: Ver una ajustadita revisión del mito del hombre lobo adecuada a los cánones post-2000s.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

domingo, 22 de enero de 2012

"Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio" (2011).


-- "The Adventures of Tintin". Estados Unidos. Año 2011.
-- Dirección: Steven Spielberg.
-- Actuación: Jamie Bell, Andy Serkis, Daniel Craig, Nick Frost, Simon Pegg, Daniel Mays, Gad Elmaleh, Toby Jones, Joe Starr, Enn Reitel, Mackenzie Crook, Tony Curran, Sonje Fortag, Cary Elwes, Phillip Rhys.
-- Guión: Steven Moffat, Edgar Wright y Joe Cornish, basados en la historieta de Hergé.
-- Banda Sonora: John Williams.

-- "Las aventuras de Tintín" en IMDb.
-- "Las aventuras de Tintín" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

La secuencia de entrada nos muestra a unas siluetas que, suponemos quienes no hemos leído la historieta, se corresponden a Tintín, si después de todo la peli son las aventuras de él, reza el título. La cosa, después de haberse despachado unos títulos sicodélicos, recala en una de esas bucólicas callejuelas europeas con esas simpáticas edificaciones de paisajismo flamenco barroco. Autohomenajeándose a sí mismo replicando su presentación del personaje de Indiana Jones, Steven Spielberg nos muestra la espalda de nuestro prota mientras lo están retratando (¡hey, yo conozco a ese pintor! ¡Es Hergé himself haciendo cameo! ¡Y yo que pensaba que se había muerto!), de manera que lo primero que vemos de nuestro prota, es su retrato bidimensional en el lienzo. De pronto Milú, que para Tintín parece ser como Sabihondo para el Inspector Gadget pero en versión bonita firulí, empieza a hacer de las suyas en una feria al aire libre. Por esas revueltas del guión, Tintín termina entonces haciéndose de un modelo de un barco llamado el Unicornio (sí, decepciónense, a pesar del título no aparece ninguno de esos bichos aquí, que el Unicornio es un barco, leñe). Lo que suscita la atención no de uno, que eso sería fácil, sino de DOS potenciales compradores que quieren el barco a toda costa. Y como Tintín no lo vende porque lo compró no como inversión sino por... ¡¡¡ARTE!!! ¡¡¡GUSTO!!! Ya saben, esas cosas que no se transan en el mercado, pues ocurre lo que ocurre en cualquier país libremercadista, que el capitalista grande se come al capitalista chico, o en este caso, le roba el jodido modelo. Y como Tintín es muy pizpireto, decide que no le va a dejar el asunto a la policía (aunque después de ver a Fernández y Hernández en acción, en realidad es como para perderles la fe a los hombres de la ley), sino que él mismo va a meter su pequeñita y respingadita nariz en el asunto. Sucede lo inevitable, que termina siendo secuestrado y llevado a bordo de un barco, no para ser vendido como esclavo en Tailandia sino para... bueno, vaya uno a saber para qué. La cosa iría muy mal de no ser porque Milú es un perro más listo que el hambre, y consigue hacerse su camino nada menos que hasta el barco mismo, y liberar a su amo (lo dicho, igualito que Sabihondo para el Inspector Gadget, sólo que con consecuencias menos dolorosas para el quiltro en cuestión). Dando vueltas en el barco, Tintín conoce al capitán (que en realidad no manda nada porque está encerrado, y además es alcohólico perdido), que se apellida Haddock, forjándose entonces esa amistad épica de que están hechas las leyendas, etcétera. Ahora, estos dos contra el crimen deberán descubrir el secreto que rodea al condenado Unicornio (el barco, claro, aunque no el que están secuestrados, sino uno del siglo XVII o XVIII, ya ni recuerdo bien), en un periplo épico que los llevará por todas partes del vasto y ancho mundo. Dirigida por Steven Spielberg.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

¿Alguien me va a creer que nunca en la vida me he leído un cómic de Tintín? Es que, no sé, era una cuestión de ver las portadas, con ese prota tan '30s o '40s con el moño hacia arriba y esa cara de eterno buenoide... Además, nadie suele prestarle cómics a un gato, básicamente por el miedo de que utilicemos las garras o alguna otra parte menos recomendable del cuerpo sobre las preciosas páginas en cuestión. De manera que lo que sé de Tintín, lo sé por referencias. ¿Y cuáles son mis referencias? En lo esencial, que el dibujante belga Hergé inventó a Tintín un poco allegándose a la literatura pulp de aventuras de la primera mitad del XX, con un reportero de prota como excusa para evitar tener que dar antecedentes de su vida privada (ya saben... cualquier aventura es profesional) y así permitir que todos los lectores se identificaran con él. Que sus primeros cómics eran racistas a más no poder, aunque con el tiempo, Hergé se declaró arrepentido, señaló que no lo había hecho a propósito, y trató de enmendarse en sus cómics sucesivos documentándose más a conciencia (nuevamente: son referencias, no me he leído ningún cómic de Tintín para hacerme una idea. Y ahora que hay peli, creo que menos los leeré, que ya en hilera irán cayendo). Se dice también que antes de morir, como últimas y crípticas palabras, Hergé habría dicho que sólo Steven Spielberg sería capaz de recrear el universo mítico de Tintín en el cine. No puede decirse que a Hergé lo traicionara su olfato: no es un misterio para nadie un poco enterado, que todo el temprano cine de aventuras/suspenso de Spielberg, antes de ponerse pesado en sus afanes de ser reconocido como cineasta serio (léase post "La lista de Schindler"), toma toda su inspiración y muchos de sus resortes narrativos en el imaginario pulp (no sólo tenemos el héroe neo-pulp definitivo que es Indiana Jones, sino que también se barajó a Spielberg para alguna secuela de "La guerra de las galaxias", que bebe lo suyo del pulp/cómic de los '30s, así como que expresó su deseo de rodar alguna vez una Bond, cuyas aventuras le deben mucho al pulp de espionaje/aventuras al estilo Fu-Manchú). Y si las aventuras de Tintín huelen a pulp a la distancia, entonces qué mejor... Por alguna razón, el asunto no terminó de cuajar sino hasta ahora, hasta 2011, intervención de Peter Jackson mediante como productor (sí, el tipo que se mandó la salvajada de rodar la trilogía de "El Señor de los Anillos"). A finales del 2011 se estrenó el resultado. Una peli rodada con el procedimiento de captura de imágenes, para tener a actores reales embutidos en relés y cables y sensores que capturen sus movimientos sobre una pantalla azul para llevarlos a CGI. Con éxito de público y de crítica, y así como van las cosas, de eventual secuela en el horizonte.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta peli es lisa y llanamente el regreso en gloria y majestad de Steven Spielberg al terreno en donde nació y lo vimos crecer y aprendimos a amar: el cine de aventuras. El mayor talento de Spielberg ha sido siempre el saber crear suspenso y tensión narrativas, y cuando adquirió la costumbre de meter comentarios sociales o moralinas o sentimentalismo políticamente correcto a la mezcla (tendencia presente desde antes, pero desatada a lo locaza desde "La lista de Schindler" en adelante), su cine se fue en picada para abajo. No es que no haya vuelto a rodar nada decente ("Salvando al soldado Ryan" e "Inteligencia Artificial" son dos peliculones, y tiene otras bastante buenas de por medio), pero es claro que se siente más cómodo rodando pelis de corazón ligero como "Atrapame si puedes", que cosas más plúmbeas como "La terminal". Ya con "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal" había tratado de volver a las raíces, y mal no le salió... pero tampoco era el Spielberg más clásico. Acá, en cambio, trabajando en nuevo suelo a sus respetables seis décadas y media, aflora de nuevo el espíritu aventurero. No es con todo una aventura desatada, sino que está más contenida y madura: ya intuíamos en "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal", la fatiga de un director que no en balde ha llevado rodando casi cuatro décadas (en cines desde "El duelo" en adelante, y eso fue en 1971). No digo esto en demérito de la peli. El que tuvo, retuvo, y Steven Spielberg se las compone bien para retomar el espíritu más aventurero, aunque ahora con menos estridencia y más serenidad. El resultado es una peli redonda y entrañable en la que Spielberg, vía Tintín, rinde una vez más tributo a todos esos locos sueños aventureros de su infancia. Ignoro qué tan bien adaptada esté del material original (dicho sea de paso, el guión es un Frankenstein de tres cómics de Tintín, así es que vaya uno a saber), pero si se saltaron o modificaron cosas a la torera, debió haber sido sin duda para bien, porque el resultado es magníficos. La peli es una sucesión de estampa aventurera detrás de otra estampa aventurera, sin respiro, pero rodada como los dioses, no como Michael Bay. El guión, mejor no mirarlo mucho (¿por qué el villano optó por un plan que implicaba navegarse medio planeta Tierra, en vez de lograr lo mismo por vías mucho más sencillas...?). También tiene un grueso problema al último, con una secuencia final no tan adrenalínica como esa soberbia pieza de acción que es la persecusión por las calles del país arábigo ése, lo que baja un poco el nivel (es ésa secuencia de persecusión con la que la peli entera debió haber terminado, con todo lo alto). Pero a cambio tenemos la monumental actuación de Andy Serkis como monarca y master del Reino del CGI, merendándose en su terreno como es habitual con patatas a todo el resto del elenco como Haddock (ya saben, el Gollum de "El Señor de los Anillos", el King Kong del "King Kong" de 2005, el César de "El Planeta de los Simios: (R)Evolución"...), a Daniel Craig brillando con colores propios como el villano, y a un Milú que... bueno... digámoslo de una, Tintín no sería nada sin Milú, que si el caniche ése no está para salvarle la papeleta cada quince minutos o así, el periodista de marras no llega vivo ni a la siguiente esquina. (Un gato alabando a un perro. Díganselo al Bill Murray de "Los Cazafantasmas"). Sumémosle además que la peli se manda la mejor banda sonora de John Williams desde hace muchos, muchos, pero que muchos años, además de poseer un envidiable sentido del humor y del timing, y de describir al borracho de Haddock de una manera muy poco políticamente correcta (¿borrachera en una peli para niños? ¡¡¡HORROR!!! ¿¿¿ES QUE ALGUIEN QUIERE PENSAR EN LOS NIÑOS...???), y ya estamos armados. ¿Entretenida? Sí. ¿Recomendable? Sin duda. ¿Tendrán a vuestro seguro servidor el General Gato sentado en la butaca del cine para una eventual secuela, que con los ingresos que ha generado esta peli es casi inevitable? Salvo force majeure o caso fortuito, eso dénlo por hecho.

IDEAL PARA: Ver una de las pelis más endiabladamente entretenidas del 2011.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

jueves, 19 de enero de 2012

"Los Muppets" (2011).


-- "The Muppets". Estados Unidos.
-- Dirección: James Bobin.
-- Actuación: Jason Segel, Amy Adams, Chris Cooper, Rashida Jones, Steve Whitmire, Eric Jacobson, Dave Goelz, Bill Barretta, David Rudman, Matt Vogel, Peter Linz, Alan Arkin, Bill Cobbs, Zach Galifianakis, Ken Jeong.
-- Guión: Jason Segel y Nicholas Stoller, basados en los personajes creados por Jim Henson.
-- Banda Sonora: Christophe Beck.

-- "Los Muppets" en IMDb.
-- "Los Muppets" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un chico ha crecido en algún pueblucho de ésos que llaman la América Profunda. No sería una gran historia, de no ser porque ese chico es un... muppet. Ya saben, una de esas marionetas boconas-boconas-boconas. Que ha crecido con su hermano humano (adopción mediante, ¿eh?, no se armen chorizo con la biología o con las eventuales filias de sus padres). El muppet ha tenido una vida un poco complicada por eso de ser un muppet (ya sabes, sin patas para los deportes, demasiado bajo para la montaña rusa...). Pero se ha hecho fanático de las reposiciones de un viejísimo programa de televisión, que ustedes puede que hayan oído mentar, si tienen la edad suficiente: "¡The Muppet Show!". Andando el tiempo, el humano se ha hecho adulto, y se ha echado a una bonita maestra de escuela (Amy Adams, muy radiante ella como siempre) que sorprendentemente no enseña que los dinosaurios y los humanos convivieron en la Tierra el día de la Creación en 4004 AC, sino que enseña... mecánica automotriz. Pero aunque Amy Adams es muy Amy Adams, resulta que el tipo éste (el humano, no el muppet, aunque a veces es difícil distinguir) se la pasa diez años sin pedirle matrimonio (como es una Disney, podemos presumir que no hay prematrimoniales aquí). De pronto, para celebrar los diez años de esto o aquello, el humano invita a su chica a un tour por... ¡el mundo de los muppets! ¿Será tan cabrón el humano como para ir con su noviecita al lugar de los sueños de su hermanito muppet y dejar a éste varado? ¡No! ¡Es tan cabrón que se lleva a su hermanito muppet al lugar de sus sueños a que toque el violín entre él y su noviecita! (Esto de que el hermano esté siempre metido de por medio, tendrá tela después, aunque sin toques ho yay, que esto es Disney después de todo). El caso es que cuando llegan, descubren que los Estudios Muppet no son como la publicidad ha dicho, sino que son un poco más... derruidos. Acabados. Etcétera. El hermanito muppet, cabreado porque su mundo de sueños es en realidad casi ruinas postapocalípticas, se pega una arrancada y termina escuchando lo que no debe, o sea, una conversación por la cual un personaje humano ofrece comprar el sitio para restaurarlo y erigir un museo muppet. Nuestro chico muppet está feliz, pero poco le dura la felicidad a la lombriz: el comprador a poco que se cree solo con sus matones, habla de sus verdaderos planes, que son echar abajo el complejo en ruinas para construir una perforación petrolera. En el medio de Los Angeles, nada menos, si es que estos petroleros no se detienen ante nada (nunca está Jack Bauer cuando se le necesita). ¿Está todo perdido entonces? ¡No! Porque existe una cláusula por la cual los muppets pueden retrotraer la compraventa si reunen 10 millones de dólares para pagar por ella, en una cantidad de tiempo. De manera que nuestro joven muppet, devenido en héroe, encontrará su destino: ¡reunir una vez más a los muppets para un último espectáculo, y hacer volver a su número favorito de los '70s de regreso a las pistas! (sin pagar cirujanos plásticos, es lo que tienen las marionetas, que no envejecen ni un solo día).

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

"Mañamañá... tuu-turuturu... Mañamañá... tuturutuuú...". Había una época, casi en el ordovícico-silúrico de la televisión, en que dicha canción era... ¡¡¡RECONOCIBLE!!! ¡¡¡Porque apareció en un show de TV con muñequitos!!! "The Muppet Show" fue exhibido entre 1976 y 1981, y era cuando menos un programa extraño, para los estándares de ahora (más allá de hacer reconocible esa canción de 1969). Porque era un show de muñequitos (o sea, infantil), pero que tenía un formato de variedades, lo que lo encasillaba más bien en el ámbito de los programas para adultos. El programa era tan bizarro para los estándares de la época, que sólo se emitió porque un complejo sistema de regulaciones acerca del horario prime inclinó a la CBS a darle salida como un mal menor. El engendro resultó todo un éxito, con un humor que por debajo de lo infantil, tenía varias aristas un tanto edgies para su tiempo (esa cerda acosando a esa pobre rana...). La receta era simple: cada muppet tenía un rol determinado dentro de la creación y producción del programa de variedades, de manera que teníamos literalmente un "show dentro del show", ya que parte del programa era ver a los muñequitos pasando apuros en la trastienda del mismo programa... ya me empezó a doler la cabeza. ¿En qué estaba? Ah, sí. Cada muppet tenía su rol CREANDO el show dentro del show. Así, René (Kermit) era el conductor/director, Piggy era la diva, el oso era el humorista fome, el perro era el pianista (seriously! ¡En los '70s, los programas de variedades tenían PIANISTA!), etcétera. ¡Si hasta tenían el par de abueletes en el balcón que se defecaban en todo y en todos! Y todo eso, aderezado por las más ilustres estrellas del folclor estadounidense: Bob Denver, Linda Ronstadt (sí, leñe, la misma que grabó en los '90s un comercial con Barney Gómez en "Los Simpsons"). Pero hasta las más imperecederas estrellas del firmamento habrán de agotar su combustible nuclear y morir algún día, así es que, qué queda para un programa de muñequitos que para 1981 se había hecho demasiado inocentón (y es que oigan, quién quiere inyección country '70s en un año con Presidente de Estados Unidos tiroteado, y el malvado Ayatollah surgiendo en el horizonte). Hubo intentos por hacer resurgir la cosa con "Los Muppets invaden Manhattan" y otras pelis, pero nunca funcionó lo mismo. Esto fue sangrantemente parodiado en el episodio de "Los Simpsons" en que Troy McClure en noviazgo con Selma, la lleva a ver "Los Muppets viajan a la Edad Media"... el mismo episodio en que Lisa preguntó de viva voz: "¿Qué es un muppet?". No Bart el ignorante... LISA LA SABELOTODO lo preguntó. En fin, ya me distraje con "Los Simppet...", er, no, con "The Mupsons"... er, no... con ESE programa otra vez. En fin, el caso es que "The Muppets" parecían estar acabados, ser historia, nunca más... Pero si hay algo que la historia de Hollywood nos ha enseñado incansablemente, es que las franquicias son como los superhéroes... ¡ninguna muere para siempre! ¡Siempre se las resucita, una y otra vez, en la esperanza de que AHORA SÍ QUE SÍ! ¡¡¡ESTA VEZ RENACEREMOS DE ENTRE LOS MUERTOS, COMO LOS ZOMBIES QUE ESTÁN DE MODA AHORA, E IREMOS A DEVORAR CEREBROS INFANTILES OTRA VEZ...!!! Le tocó el turno a "The Muppets" en 2011. Hagan sus apuestas: ¿Vendrá para el 2012 la resurrección de... una de muñequitos... de Disney... veamos... "Dinosaurios"...?

POR QUÉ VERLA.

-- Partamos diciendo que esta peli es un refrescante trago de agua en un planeta cada vez más salobre y cínico. La sociedad ha evolucionado, o involucionado, podríamos decir algunos, y la primitiva ingenuidad con la que el espectador se comprometía con ciertas historias y personajes, ha sido reemplazada con un distanciamiento que obliga a que cada reboot/remake/reversión/reimaginación/re-loquesea, tenga que ser más oscura, limítrofe, e incluso flatulenta, que la anterior. En un ámbito distinto, pensemos en el "Batman" de 1966 vs. el "Batman" de Tim Burton vs. el "Batman inicia" de Christopher Nolan, cada una más oscura, siniestra y amenazante que la anterior. El überjemplo de esta tendencia es probablemente la pestífera adaptación de "Scooby Doo" del 2002, cuyos perpetradores parecieran haber asumido que los niños de los 2000s no se divierten si no hay pedorretas cada cinco minutos, o si el guión/actores no se burlan de los mismos personajes que escriben/interpretan. Dentro de todo este panorama, "Los Muppets" es una brillante luz al final del túnel. La peli es luminosa, muy luminosa, y si bien tiene sus momentos un tanto más "de nuestra época", nunca se permite a sí misma caer en la oscuridad siniestra que todas las pelis parecerían querer asumir para tomarse en serio. También podría haber tratado de ser luminosa yéndose al extremo contrario, el caer en la autoparodia y la caricatura ("Scooby Doo", alguien...) para justificar esa luminosidad por el expediente de "no va en serio, ¿eh?", pero tampoco. La peli sí tiene numerosos momentos autoparódicos (el final del bailecito de despedida de los protagonistas desde Puebluchoville a Los Angeles, el diálogo de los vejetes "si no te conociera, diría que estás recitando justo la parte del contrato que es la conveniente para que el argumento de una peli avance"... cosas así, y del villano ya no hablemos, que es caricatura pura), pero éstas son morcillas que nunca llegan a tragarse una historia que se atreve a tomarse en serio y ser luminosa sin avergonzarse en ningún minuto. O de como hacer una peli ñoña hasta las repatas, y salirse con la suya. Dado el panorama cinéfilo por estos días, eso podría contar como refugio en la audacia. Y la jugada sale magistral. El argumento no es como para tomárselo demasiado en serio (en verdad, ¿Kermit no podía hipotecar su palacio, o Gonzo invertir sus millones para solucionar el problema de la peli de un solo golpe...? Ah, claro, la peli habría acabado en diez minutos...), pero los guionistas están conscientes de que eso es lo de menos: lo importante es que se trata de un argumento-tipo reconocible (el villano capitalista versus los idealistas que libran una batalla para reunir el dinero... muuuu Disney too) contra el cual ir incrustando a los personajes para hacer lo que mejor saben hacer, lo que tratándose de los muppets, significa DAR ESPECTÁCULO, claro está, que para eso pagamos la entrada por la peli en primer lugar. Y espectáculo, eso lo dan. De verdad. Es imposible que salgas del cine sin estar cantando "Manha Manha" como un zopenco. ¿Cuándo fue la última vez que te pasó eso de verdad con una peli...?

-- Un punto importante de esta peli, es el adecuado equilibrio entre personajes humanos y muppets. Todos conocemos el clásico argumento de live-action-movie en que para ahorrarse costos con los muñecos o la animación digital, muestran al personaje prota lo menos posible, y le dedican chorradas de minutos a los secundarios humanos que no le interesan a nadie (¿Shia LaBeouf en "Transformers", alguien...? Aunque cuando esa secundaria humana es Jennifer Love-Hewitt con peazo trapitos en "Garfield", la verdad es que no nos quejamos demasiado tampoco). Pues bien, eso NO ocurre en esta peli. Existe una subtrama con personajes humanos, con exposición, desarrollo y desenlace completitos, pero está narrada en lo justo, y no llega a comerse lo que de verdad importa, que es ver de nuevo a los viejos y cansados pistoleros... er... muppets, sí, eso es... reuniéndose de nuevo para un último golpe... er... show, sí, eso es. De hecho, la historia de los humanos funciona más bien como un marco de referencia para las generaciones actuales que nunca han visto un muppet en su vida, como personajes surrogatorios a través de los cuales nos (re-,algunos)encontramos con los verdaderos protas, y a medida que más y más muppets se van presentando y subiendo al barco, la trama pasa a ocuparse de ellos y deja a los humanos en un discreto segundo plano.

-- Las actuaciones están más que bien. Jason Segel está muy bien como el grandulón infantil que debe crecer y dejar cosas atrás para hacer su vida (aunque resulta algo creepy verlo en una amistosa relación heterosexual con su amiguito muppet luego de haberle visto la salchicha colgando en "Para olvidar a Sarah", pero buenoooooo...). A su lado, Amy Adams vuelve otra vez a un símil del rol que más gloria le ha dado en la vida (su protagónico en esa otra Disney que fue "Encantada"), y lo hace por la puerta ancha, con todo el encanto del mundo (seriously, se ve tan buena y cae tan simpática, que su novio queda como un imbécil por ignorarla). Chris Cooper está estupendo como el villano de caricatura, y brilla de manera espectacular cuando interpreta "Let's Talk About Me" con bailecito y todo (que para ser canción del villano, evita el transitado lugar común de ser jazz, y pasa por el algo menos transitado lugar común de ser un rap). Rashida Jones aparece poco, pero cumple bien con la fantasía fetichista de ser la pijilla estirada que descubre tener su corazoncito, muppets mediante (¡hey! ¿Acaso la despidieron de la firma para la que trabajaba en "Red social"?). Y Jack Black... bueno, está tan pesado como siempre, pero como a lo largo de toda la peli le pasan puros infortunios, no resulta tan desagradable después de todo. En cuanto a los cameos, están más que bien, incluyendo a Alan Arkin como el conserje del museo en ruinas, a Emily Blunt repasando su rol de secretaria pesadota en "El diablo viste a la moda", Zach Galifianakis aparece como un golfo, y Whoopi Goldberg y Selena Gomez aparecen como ellas mismas en un hilarante momento supremo de autoironía. Puede que los teleñecos hagan una gran parte del trabajo, pero desde su humilde condición de secundarios, los humanos acompañan más que bien.

-- La escena memorable. Hay numerosas en la peli, incluyendo los números de baile, que (¡cosa rara!) no son atosigadores en ningún minuto. Pero el momento realmente estelar, que toca directo al corazón no sólo por la parte de la peli en que está, sino por lo imaginativo y bien realizado que está, es la interpretación de "Man or Muppet", en donde el hermano humano y el hermano muppet se preguntan cada uno si es un humano o un muppet (suena bizarro, pero tiene sentido en el contexto). Si no se te rompe el corazón en ese minuto, es que venías sin uno desde la mata.

IDEAL PARA: Ver una de las mejores pelis del 2011, y uno de los mejores musicales de toda una generación.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, subtítulos en español].

domingo, 15 de enero de 2012

"Adios, muñeca" (1975).


-- "Farewell, My Lovely". Estados Unidos. Año 1975.
-- Dirección: Dick Richards.
-- Actuación: Robert Mitchum, Charlotte Rampling, John Ireland, Sylvia Miles, Anthony Zerbe, Harry Dean Stanton, Jack O'Halloran, Joe Spinell, Sylvester Stallone, Kate Murtagh, John O'Leary, Walter McGinn, Burton Gilliam, Jim Thompson, Jimmy Archer.
-- Guión: David Zelag Goodman, basado en la novela de Raymond Chandler.
-- Banda Sonora: David Shire.

-- "Adios, muñeca" en IMDb.
-- "Adios, muñeca" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

A veces las cosas no andan bien. Estás viejo y cansado, y el mundo entero se cierra encima tuyo sin que te quede más que un mortecino futuro. En particular si estás escondido en un hotelucho de mierda en el corrupto L.A. de los '40s. Desde el cual llamas a la policía. "¿Marlowe? Quédate ahí, cabrón jopú, ten la gentileza, mira que vamos a arrestarte, porque te están cargando siete fiambres". Al final, resulta que uno de los policías entra solo al hotelucho, y le dice a Marlowe que por favorcito se deje arrestar. Y éste, que Marlowe es mucho Marlowe, le dice que no, que primero le va a contar un cuentecillo. Flashback a... una operación de búsqueda de una adolescente casquivana. Marlowe ingresa a una disco (lo que en esos '40s se llama disco, o sea, una de esas pistas de baile con big band, pero no de ésas iluminadas por todas partes, sino que en sórdido), medio consigue sacar a la adolescente, le consigue asiento de primera fila en papi's crucero, y cuando sale de ésa, va un gigantón y lo para en plena calle y le dice que quiere contratarlo. Mire, yo no estoy interesado... pero bueno ya, por qué no. El gigantón quiere encontrar a su VELMA (memorícense este nombre: el tipo será un bruto y un maleducado de lo peor, pero se le derrite la baba cuando se le sale la jeta diciendo eso de "MI VELMA"). El caso es que Marlowe termina por aceptar y sigue un rastro para llegar hasta la tal Velma. Siguiendo aquí o allá, empieza a meterse en problemas. Porque no falta el patán que trata de enviarlo por la pista incorrecta. O el otro patán que va y lo mete en un problema secundario. O el otro patán que lo mete en un asunto inconexo que al final sí es conexo y una celada y todo lo que han visto en sepetecientos otros policiales aparte de éste. Incluyendo la clásica femme fatale que ronda por ahí y que tratará de hacer caer al muy macho Robert Mitchum (Charlotte Rampling cuando no era una vieja chuñusca, quién podría culparlo). Welcome to the Chandler's universe.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

A pesar de intentos por reflotar el cine noir, algunos tan cachondos como "Sin límites", la verdad es que el género nació y quedó tan bien afiatado en los '40s-'50s, que nunca volverá a ser lo que era. Y cuando trata de serlo, aunque se lleve Oscar sí y Oscar también ("Los Angeles al desnudo"), nunca pasará de ser un ejercicio de estilo (a veces lastimosos como en "La dalia negra" de de Palma). El ciclo del noir falleció a finales de los '50s en parte por la sobresaturación del mercado en que recursos narrativos atrevidos se convirtieron en clichés (la femme fatale, el primero de ellos), y en parte porque la revolución cosmológica de los '60s hizo bruscamente obsoleto todo ese cine en que las cosillas sexuales debían ser reprimidas y sublimadas. Para el noir quedaron entonces dos caminos posibles. Uno de ellos es la constante actualización de las convenciones propias del noir a tiempos más recientes (podemos pensar en "Tony Rome", "Cuerpos ardientes" o "Bajos instintos") o a escenarios ajenos en principios al noir (el fantástico en "Twin Peaks: El fuego camina conmigo", la ciencia ficción en "Blade Runner", o la parodia desatada en "Quién engañó a Roger Rabbit"). La otra es retornar a la ambientación primigenia, y rodar pelis retro que desde los '70s, '80s, '90s o 2000s revisiten los '40s. Pero para esto tenía que pasar algo de tiempo, claro está, el necesario para calmar la sobresaturación y desarrollar la autoconciencia necesaria para retomar ese viejo cine, jugar con sus claves, y hacerlo como se debe. El éxito de "Chinatown" de Roman Polanski en 1974, otra de esas pelis revisitadoras de los '40s, hace olvidar que en los '70s hubo al menos un par de apreciables adaptaciones de Raymond Chandler, el novelista noir por antonomasia (con perdón de Dashiell Hammett, la otra cumbre del género). Una de ellas fue "El largo adios" de Robert Altman y su visión un poco más d'auteur. La otra es la más comercial y genérica "Adios, muñeca", que aquí nos ocupa.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Una comparación con la peli "El enigma del collar" de 1944 puede arrojarnos alguna pista. Ambas pelis ("El enigma del collar" y "Adios, muñeca") están basadas en la misma novela de Raymond Chandler, por lo que en estricto rigor estamos frente a un remake. Sin embargo, mientras la versión de 1944, muy apreciable en sí misma, no siempre se ajustaba al imaginario chandleriano y en sus planteamientos era la viva muestra de que el género estaba aún en desarrollo y muchas soluciones narrativas del noir o no se sabía cómo manejarlas bien, o había que creárselas con inventiva (sin desmedro de la peli, que aunque muy de su época aún sigue siendo apreciable), en "Adiós, muñeca" se aborda el género ya como algo clausurado, un arcón de ropajes (gabardinas, impermeables, sombreros...) que basta con abrir y escenificar para tener un noir de alturas. ¿Esto es una ventaja? Eso, a según el punto de vista. Si lo que quieres es una peli creativa y sorprendente, entonces "Adios, muñeca" te va a parecer el colmo del aburrimiento, justamente por esa sensación de que ya te lo adivinas todo, tan por el manual es. Si por el contrario, te gusta el noir y estás dispuesto a condescender con un ejercicio de estilo, esta peli se te va a clavar medio a medio por lo mismo precisamente, por el enorme cuidado y dedicación puestos en recrear el noir de los '40s de la manera más correcta posible. Por cierto, tiene su gracia que esta peli tan contenida y correctamente noir sea producida por un tipo que después se hizo famoso como sinónimo de todo lo contrario, como productor de pelis de acción desatada y sin el menor asomo de seriedad ni sobriedad dramática ni guionística (ni sentido del ridículo, mucho me temo): me refiero por supuesto a Jerry Bruckheimer.

-- Resulta interesante observar que esta peli es una de las más chandlerianas jamás rodadas. Si bien existen pelis basadas en Raymond Chandler (la mencionada "El enigma del collar", o el grande de Humphrey Bogart en "El sueño eterno"), una mezcla de licencias de Hollywood más el hecho de que el género era algo que no se veía todavía demasiado bien por la cercanía, incluyendo qué era la literatura de Raymond exactamente, hacía que el espíritu de su autor no estuviera plenamente plasmado. "Adios, muñeca" se rodó un poco con el beneficio de la distancia, y gracias a eso tenemos un detective Philip Marlowe (interpretado la mar de bien por Robert Mitchum) que es más Marlowe que nunca, en el cine por lo menos. Toda la filosofía de vida de Marlowe, su pesimismo y su nihilismo vital, más su peculiarísimo sentido de la justicia, todo eso está plasmado no diré que al pie de la letra, pero sí con una muy cuidada corrección. Vemos a Marlowe un poco de vuelta de todo, cansado y hastiado del mundo y de su corrupción, que por debajo de su máscara de cinismo y su afición a meterse en problemas, es una especie de último justiciero en pie, luchando porque este mundo sea un sitio algo mejor para todos. La escena final de la peli, directa y extrema en su sencillez, lo dice todo. Eso final, es algo que el Marlowe literario hubiera hecho.

-- Las interpretaciones están relativamente bien, si se considera que la historia es un poco cliché (de hecho, a medida que los acontecimientos se van desarrollando, se hace cada vez más patente que los distintos asuntos en apariencia inconexos de la peli en realidad sólo pueden conectarse de una manera... y esta solución obvia es finalmente la correcta, por muy desternillante que sea la hipótesis). Pero una historia sin demasiado vuelo (con perdón de la novela original de Chandler, pero su mayor talento no estaba en las tramas imaginativas, sino en la caracterización de personajes y el excelente estilo literario), es remontada por la actuación de Robert Mitchum, actor al que aquí en Cine 9009 no es que le tengamos demasiado aprecio (siempre he considerado que es un actor un tanto unidimensional), pero es de hidalguía reconocer que aquí está absolutamente clavado al rol. Charlotte Rampling es una curiosa elección para una femme fatale (¿actriz francesa?), pero funciona muy bien. John Ireland está bien también como Nulty, el detective cascarrabias-pero-socio-reluctante de Marlowe. Sylvia Miles aparece poquito, pero la borda como una borracha perdida que desde su vida miserable trata de echarle los tejos a un Marlowe inalcanzable (recibió una nominación al Oscar a la Mejor Actriz de Reparto, pero perdió ante Lee Grant por su rol en "Shampoo"). Y Jack O'Halloran como Moose, el matón persiguiendo a su Velma, aparece también relativamente poco, pero está descollante: a pesar de que le hace la vida a cuadritos al pobre Marlowe, hasta acabas queriéndolo y todo, porque cómo tan grandote y tan tontorrón y tan embobado por su Velma... (yo les dije: memorícense eso de "mi Velma"). Y si te gustan los datos de trivia, un Sylvester Stallone pre-Rocky hace su aparición casi de cameo, como un matón prácticamente sin diálogo (como no sea que contemos como diálogo el disparar un arma en pelotas).

IDEAL PARA: Ver un muy correcto y bien ejecutado ejercicio de estilo noir.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos, y con un tracking horrible].

jueves, 12 de enero de 2012

"La lista de Adrian Messenger" (1963).


-- "The List of Adrian Messenger" (título original en inglés), "El último de la lista" (título en España).
-- Dirección: John Huston.
-- Actuación: Kirk Douglas, George C. Scott, Dana Wynter, Jacques Roux, John Merivale, Tony Curtis, Burt Lancaster, Robert Mitchum, Frank Sinatra, Clive Brook, Gladys Cooper, Herbert Marshall, Marcel Dalio, Bernard Archard, Tony Huston.
-- Guión: Anthony Veiller, basado en una novela de Philip MacDonald.
-- Banda Sonora: Jerry Goldsmith.

-- "La lista de Adrian Messenger" en IMDb.
-- "La lista de Adrian Messenger" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un detective que, y no queremos inundarnos de clichés aquí, pero es que el cliché es el cliché, un detective que está viejo y retirado, es llamado por un, dije que no queremos inundarnos de clichés aquí, pero es que el cliché es el cliché, es llamado por un amigo que tras la fachada de una invitación amistosa a hacer pulpa de zorro por la campiña inglesa, en realidad le quiere hacer una petición. La cosa es averiguar qué ha sido de diez u once personas contenidas en una lista (como el tipo que hace el encargo se llama Adrian Messenger, he ahí la respuesta). Adrian Messenger hace la petición adicional de que, y no queremos inundarnos de clichés aquí, pero es que el cliché es el cliché, Adrian Messenger hace la petición adicional de que la investigación sea sin preguntas al titular de la lista sobre qué significa la lista y que conecta a la gente de la lista entre ellos. Algo después, y no queremos inund... ya sé que se la saben... Algo después, Adrian Messenger la palma y se lleva el secreto a la tumba. Pero nuestro detective, que es más listo que el hambre, descubre que varios miembros de la lista han fallecido en una serie de extraños incidentes que podrían ser asesinatos que nadie previamente haya conectado entre sí. Empieza entonces la carrera por perseguir a los últimos supervivientes de la lista, mientras el implacable asesino sigue su marcha para matarlos a todos... ¿o acaso el último de la lista es quien quiere muerto a los demás enlistados...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Para ser un año de los '60s, la cartelera del cine en 1963 tiene un extraño regusto a '50s, incluso a '40s. Es cierto que estaban sacando la tercera de James Bond ("Goldfinger"), que terminó de definir las características fundamentales de la franquicia más icónica de los '60s. Pero en el cine de al lado estaban exhibiendo epics trasnochados como "Cleopatra" y "55 días en Pekín" (que por lo trasnochados, se llevaron el castañazo padre y ayudaron a sepultar la ola de epics que venía desde "El manto sagrado" en adelante). Algo más allá estaba la gran peli de Hitchcock sin dirección de Hitchcock que es "Charada" de Stanley Donen, que podía lo mismo haber sido rodada cinco a diez años antes y nadie hubiera dicho nada (bueno, salvo por los modelos de Audrey Hepburn, pura clase ella como de costumbre). En medio de todo esto, el recio y viril John Huston dirigió una peli que es algo así como el canto del cisne del viejo cine de sospechosos, no diré del cine negro, pero sí policial genérico. "La lista de Adrian Messenger" es otra peli que hubiera podido ser rodada cinco, diez, incluso veinte años antes, y pues, no hubiera pasado nada (como no sea que el trasfondo WWII habría tenido que ser reemplazado por otra guerra). ¡Ah, cuánta nostalgia...!

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta peli es cuando menos un tanto extraña. Es a la vez una especie de homenaje y parodia a las viejas cintas de "quien es el asesino". En algunos respectos, la trama se toma mortalmente en serio. En otros, la peli es chacota pura y dura, y no se toma ni la molestia de disimularlo. La trama tiene sus puntos aquí y allá para que esté sobrearmada (esa cosa de que Adrian Messenger, sin ningún motivo real para ello, no le diga a su amigo qué significa la lista, y después se muere de manera muy conveniente para que el investigador y el espectador se queden con el misterio por delante), y no le ayuda que promediando la hora se sabe finalmente quién es el asesino, y el misterio de su identidad y motivaciones se reemplaza por el suspenso del manhunt (que por cierto tampoco es taaaaaan espectacular que digamos). Pero la peli es y se asume así: ya en una de las primeras escenas, en donde vemos al esperpéntico asesino sacarse una máscara al más puro estilo "Misión Imposible II", nos da la pauta de que veremos un espectáculo que no debe tomarse a sí mismo demasiado en serio. Las motivaciones del asesino, por su parte, aunque parecieran ir por otra parte, al final acaban por ser puro Agatha Christie. De todo lo anterior podría colegirse que la peli es una mugre, pero de milagro no lo es (tampoco es para tirar fuegos artificiales, pero se deja ver). De partida está la férrea dirección de John Huston, el tipo tras "El Halcón Maltés", "El tesoro de la Sierra Madre" o "Moby Dick", y que pareciera no poder rodar una mala peli aunque quisiera: su estilo directo, conciso y al grano, hace que muchas disgresiones pasen sopladas. En segundo lugar, tiene secuencias realmente bien logradas, en donde todo lo relativo a cierto tipejo en silla de ruedas es cine del güeno, cine del que te quedas al borde de la butaca preguntándote qué va a pasar después. Además, tener en pantalla juntos a George C. Scott y Kirk Douglas es algo que siempre se agradece. ¿Es una buena peli? Er, digamos que es buena a la manera de las sopas: tiene buenas presas, pero además tienes que aguantar el caldo. Y si bien una rica sopa en invierno compone el cuerpo y el alma, no a toda la gente le gusta la sopa.

(P.D.: No se dejen impresionar por el imponente currículum de actores interviniendo aquí. Muchos de ellos son cameos).

IDEAL PARA: Nostálgicos del cine policial a la antigua.

VIDEOS.

-- Un asesinato [en inglés, sin subtítulos].

domingo, 8 de enero de 2012

"Misión Imposible: Protocolo Fantasma" (2011).


-- "Mission: Impossible - Ghost Protocol". Estados Unidos. Año 2011.
-- Dirección: Brad Bird.
-- Actuación: Tom Cruise, Jeremy Renner, Simon Pegg, Paula Patton, Michael Nyqvist, Vladimir Mashkov, Samuli Edelmann, Ivan Shvedoff, Anil Kapoor, Léa Seydoux, Josh Holloway, Pavel Kriz, Miraj Grbic, Ilia Volok, Goran Navojec.
-- Guión: Josh Appelbaum y André Nemec, basados en la serie de televisión creada por Bruce Geller.
-- Banda Sonora: Michael Giacchino, basado en el tema de Lalo Schiffrin.

-- "Misión Imposible: Protocolo Fantasma" en IMDb.
-- "Misión Imposible: Protocolo Fantasma" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Budapest. Un tipo es perseguido por las calles mientras lleva un malet... er... un momento... ¿ése no es el yuzio pesado de "Lost", que se ponía turnio, y todas las telespectadoras contestaban turnias al turnio...? ¡Leñe, claro que sí! En fin, el tipo corre, corre, corre, llega a un callejón, se cruza con una chica, ¡¡¡BANG-BANG-BANG!!! ¡Que se han cargao al tipo de "Lost", leñe! ¡Así de poco respeto le tienen a la serie en la cual era estrella hace no demasiados años atrás! ¡Y eso que también produce Bad Robot! Y la chica, para rematar la faena, abraza al tipo y le mete otras dos o tres balas con su mejor cara de "soy una zorra fría y me encanta mi trabajo". Mientras tanto, en una prisión de Rusia (tratándose de Tom Cruise, es una suerte que no sea una prisión turca), un grupo de dos personajillos organiza un intento de escape. Tras escamoteárnoslo un rato, la cámara nos muestra lo que ya sabíamos: que el preso estrella es Tom Cruise, joer, na, digo... ¡¡¡TOM!!!, así, con ADMIRATIVOS, ya saben... El caso es que ¡¡¡TOM!!! y sus coleguetes y otro preso más, se escapan. La chica revela entonces que su antiguo hácemecosquillasahí era el chico asesinado en Budapest. Por esas revueltas del guión, mandan a ¡¡¡TOM!!! y al equipo a infiltrar el Kremlin. El caso es que ¡¡¡TOM!!!! y los suyos se montan una operación de p*** m****, de las que te hacen preguntarte cómo es que teniendo a ¡¡¡TOM!!! y equipo de su lado, América se echó una década entera en cargarse a Osama bin Laden. Pero una vez adentro, ¡¡¡TOM!!! descubre que todo es una encerrona, y que los han llevado hasta el Kremlin porque... ¡¡¡BOOOOOOMMMMMM!!! ¡Que se han volao el Kremlin, leñe! (Y el gobierno ruso, sin protestar, miren ustedes qué civilizado está Vladimir Putin...). Comprometido, ¡¡¡TOM!!! pide que lo saquen de circulación, pero va a recogerlo nada menos que... ¡el Secretario de Defensa de Estados Unidos! (miren qué oportuno). El Secretario le informa que Estados Unidos ha activado el "protocolo fantasma", lo que básicamente quiere decir que la Fuerza Misión Imposible ha sido desmantelada y desautorizada, y por lo tanto, ¡¡¡TOM!!! y su equipo están operando ahora en solitario (y van...). Todo eso, antes de que en un giro casi jackbaueriano de mala suerte, se carguen al Secretario y ¡¡¡TOM!!! se gane el Premio Oficial al Gafe del Año (es que leñe, el amiguito de su compañera de trabajo, el Kremlin, el Secretario...). Ahora, ¡¡¡TOM!!! y su equipo no sólo tendrán que limpiar su nombre (y harto papel higiénico van a necesitar, si hablamos de detonar el Kremlin después de todo) sino que además deben detener al supervillano que, en plan James Bond, está a punto de detonar una guerra nuclear a escala planetaria. Casi ná, otro día más de trabajo para la Fuerza Misión Imposible...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Por allá en los '60s, los espías se pusieron de moda, un poco a la estela de James Bond, con "El satánico Doctor No" y secuelas, más de una veintena y contando, con la sobreviniente "Skyfall" en la línea. En medio del pastel salió una serie televisiva llamada "Misión Imposible", en donde un grupo de agentes muy campis salvaban a Estados Unidos vez sí y vez también, tanto de criminales internos como de algunos malvados operativos comunistas, ya se saben el resto. Serie hoy en día recordada más bien por el percutante tema de Lalo Schiffrin y por las canas de Peter Graves que por otra cosa (que del remake ochentero de la serie, nadie se acuerda, y eso que no desmerecía demasiado a la serie original). En 1996 llamaron a un director que había tenido sus buenas horas, pero que andaba un tanto a los tumbos, en concreto Brian de Palma, y se organizaron una peli para el cine en toda regla. Inagurando una franquicia cuyo gran denominador común son las jodidas máscaras de látex, y... ¡¡¡TOM!!! La franquicia no ha terminado de cuajar todo lo que debería, en parte por demorarse una eternidad entre entrega y entrega, pero con unos 500 millones de inversión en las cuatro pelis, se ha hecho con más de 1600 millones a nivel mundial, y contando, por lo que ya auguramos "Misión Imposible 5" para un tiempo quizás no breve, pero sí su poco de razonable. Para la cuarta, siguiendo la tradición de esta franquicia de hacer puerta giratoria de directores, la gente de Bad Robot (Alex Kurtzman, Roberto Orci y el omnipresente J.J. Abrams, responsables también de "Cloverfield" y "Star Trek") que había parido "Misión Imposible 3" salió de circulación, aunque Bad Robot mismo quedó como productora asociada (Abrams había sido director y guionista de la anterior, mientras que aquí delega ambas funciones, y se sienta de igual a igual en la mesa de los productores con... ¡¡¡TOM!!!). El resultado es la más percutante entrega de la franquicia, y una que, por una vez en la vida (y sin que sirva de precedente, por el minuto al menos), retoma elementos de la peli anterior en vez de hacer tabula rasa y comenzar desde cero con Ethan Hunt... er... perdón, con Tom Cruise... er... perdón, con... ¡¡¡TOM!!!

¿POR QUÉ VERLA?

-- Esta es quizás la entrega más redonda de toda la franquicia hasta la fecha. La "Misión Imposible" de 1996 era entretenida como thriller, en parte gracias al oficio de Brian de Palma como director, pero cualquier parecido con la serie televisiva era pura coincidencia (en parte porque todo estaba hecho para mayor gloria de ¡¡¡TOM!!!, y lo que hacía especial a la serie original, a saber, el ver a un equipo de espías trabajando en conjunto, se difuminaba en la nada). "Misión Imposible 2" fue una mugre en toda regla, mientras que "Misión Imposible 3" resultó buena, aunque meterle una subtrama romántica era sin duda apartarse un tanto del espíritu de lo que se supone es el cine de espías. En ese sentido, "Misión Imposible: Protocolo Fantasma" combina el ser un buen thriller de espías/acción, con una buena puesta al día de la serie original. No es poco. El director Brad Bird fue seleccionado un resto porque ya había hecho lo suyo con la grandiosa "Los Increíbles", y la verdad es que en su primera incursión con personajes de carne y hueso, demuestra estar a la altura de las circunstancias. El guión, es mejor no mirarlo muy de cerca, ya que como esos viejos papiros egipcios resecos por el desierto, si lo tocas puede romperse (particularmente lastimosa la decisión final del villano: se podía conseguir lo mismo de una manera menos aparatosa). Mas, haciendo de necesidad virtud, los guionistas no se acomplejan por eso: si hay que darle una motivación al villano para hacer sus villanías, lo despachan con un simple "está loco", y se acabó: nada de zarajandas sicológicas ni "tú y yo somos iguales" ni otros recursos para humanizar al villano que son risibles de tan abusados que han sido desde el Guasón de Jack Nicholson para el "Batman" de 1989. Así es que, tómalo o déjalo. Además, el guión tiene una dosis inteligente de autoironía que hace menos sangrante algunos detalles, agradeciéndose que sean detalles más o menos sutiles, que no terminen en el terreno de la autoparodia, lo que también hubiera sido un desastre. Pero lo principal, o sea la acción, es realmente a la vena. La escena de la fuga carcelaria no es demasiado interesante, pero la del hospital en Moscú, siendo sencilla como es, mete un poco de suspenso. Y la cacareada escena en el rascacielos fálico ése de Dubai, es sencillamente de lo más espectacular que se ha rodado como cine de acción en años. Hay su poco de fanservice a cargo de Paula Patton ("Deja Vu"), y de Léa Seydoux en menor medida ("Bastardos sin gloria", "Robin Hood", "Medianoche en París"), lo que lleva de manera inevitable a la pelea de zorras de rigor, lo que siempre son puntos a favor en cualquier peli que se precie de tal (salvo "G.I.Joe: El origen de Cobra", que también tenía una pelea de zorras, pero tan desangelada que dudo haya calentado a alguien del personal). La banda sonora por su parte, a cargo del siempre agradecido Michael Giacchino, no es superlativa, pero resulta bastante funcional para lo que se espera, sin abusar en exceso de los golpes de sonido que se han hecho característicos del cine de acción post-"Matrix". Y además, hay una subtrama que enlaza con eventos presenciados en "Misión Imposible 3", pero sin remarcarla demasiado, así es que quienes vimos la entrega anterior podamos emocionarnos porque nos estén contando una saga y no sea un reboot completo, y quienes no la vieron puedan disfrutar la peli sin sentirse desorientados. ¿Qué más quieres? ¿Contenido, filosofía, el sentido de la vida? A ver si nos ubicamos un poquitito, esto es cine de aventuras/acción, aquí no se viene a reflexionar sobre nuestro lugar en el mundo, sino a chiflarse con buenos y villanos haciendo el cada vez más imposible para salirse con la suya. Y dentro de esas coordenadas, esta peli es de lo más cumplidor que servidor ha visto en mucho, mucho, pero que mucho tiempo.

IDEAL PARA: Ver cine de acción del bueno.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].

jueves, 5 de enero de 2012

"Los Tres Mosqueteros" (2011).


-- "The Three Musketeers". Alemania / Francia / Inglaterra / Estados Unidos. Año 2011.
-- Dirección: Paul W.S. Anderson.
-- Actuación: Logan Lerman, Matthew Macfadyen, Ray Stevenson, Luke Evans, Milla Jovovich, Christoph Waltz, Orlando Bloom, Mads Mikkelsen, Gabriella Wilde, James Corden, Juno Temple, Freddie Fox, Til Schweiger, Carsten Norgaard.
-- Guión: Alex Litvak y Andrew Davies, basados en la novela de Alejandro Dumas padre.
-- Banda Sonora: Paul Haslinger.

-- "Los Tres Mosqueteros" en IMDb.
-- "Los Tres Mosqueteros" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Europa, el siglo XVII. Francia se encuentra acosada por enemigos que la amenazan desde todas partes. Pero, no os preocupéis, que al servicio de la grandeur de la France están... ¡cuatro héroes! Porthos, Athos, Aramis, y... ¿Dartagnan? ¡Oh, no, señores! ¡La cuarta es MILADY! (Los que leyeron la novela o conocen adaptaciones anteriores, empiecen: W...T...F!!!). El caso es que todos ellos ingresan a una bóveda chupisecreta dejando algunos cadáveres en el camino (nada gore eso sí, es una PG-13 después de todo), bóveda que alberga los planos de las máquinas militares jamás construidas pero sí desarrolladas por... ¡¡¡LEONARDO DA VINCI!!! ...que como ya sabemos, es el santo patrono del Steampunk, que cuando eres escritor/guionista y no tienes como injertar una chula máquina a vapor fuera de época, pues encájasela al genio de Da Vinci, et voilà! (Inesperado detalle erudito aquí: Da Vinci efectivamente vivió en Venecia un tiempo, después de escapar por pies de la invasión de Francia contra Milán en 1499, aunque vaya uno a saber si los guionistas tenían eso presente). El caso es que luego de escapar de una emboscada en donde acaban por inundar la bóveda y presumiblemente empapar hasta la pérdida todos esos valiosos dibujos y diseños (recordémoslo por un minuto por si se hubiere olvidado: ellos son los héroes, ¿OK?), han obtenido los planos de una valiosa máquina voladora. Justo en ese minuto, los mosqueteros caen en el suelo, emponzoñados, mientras Milady se va con un nuevo aparecido villano: ¡Buckingham! Que se pavonea y suelta frasecitas irónicas porque, leñe, qué chiste tiene ser villano si no te vas a pavonear y soltar frasecitas irónicas, ¿no? (Por supuesto comete el error de todo villano que no ha leído el Manual del Perfecto Villano: deja vivo a los héroes). Salto a... un año después, en otro escenario. Un joven llamado Dartagnan está listo para viajar a París, y hacerse mosquetero como su padre. Pero se lía primero con un desgraciado llamado Rochefort, que para su desgracia, no sólo es el mejor espadachín de Francia, sino además un tramposo de tomo y lomo para los duelos. Y luego se lía con tres mosqueteros pasando una mala racha (sí, leñe, los mismos: Porthos, Athos, Aramis). Después del típico encontrón al estilo superhéroe en donde los jovencitos se lían entre sí hasta unir fuerzas contra un enemigo común (pero, ¡hey!, está en la novela original, ¿vale?), ahí los tenemos listos para agarrarse con los guardias del cardenal Richelieu, y hacerse en el ojito del rey, de la reina, y de la doncella, que está tan buena de formas como imposibilitada para la actuación, la pobre. De ahí a terminar metidos de lleno en una misión tipo agente secreto para desarticular un complot de Richelieu para defenestrar al rey y llevar a Francia a la guerra hay sólo un paso, caray. ¿Alguien pidió martini batido no revuelto...?

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

Cada cierta cantidad de años, surge una nueva generación a la que hay que contarle ese viejo e imperecedero clásico de las artes espadachinísticas que es... ¡los tres mosqueteros! ¡Pero si es que hasta Cantinflas tiene su propio "Los tres mosqueteros", joer! En los últimos tiempos, después de una sequía en los '80s, vimos una adaptación cada década con "Los tres mosqueteros" de Disney en 1993, y la anémica "El mosquetero" de 2001. Ya iba tocando otra adaptación, y... ¡hela aquí! Por Paul W.S. Anderson, cineasta que con "Death Race: La carrera de la muerte" y "Resident Evil: Resurrección" iba derechito en caída libre. Con Milla Jovovich, cambiando las mallas de Alice por los escotes de Milady de Winter. Y con fondos monetarios de media Europa, porque a saber quién iba a financiar toda esta cosa... (¿crisis económica, alguien dijo...?).

¿POR QUÉ VERLA?

-- Le han echado tanta mala leña a esta peli, que ya toca reivindicarla un poco. No mucho tampoco, que no es corte de primera selección tampoco, pero sí algo. Paul W.S. Anderson terminó resultando el cineasta ideal para rodar una adaptación que con la adición del barquito volante ése, se pasa sin complejos al terreno del steampunk. Ideal, decimos, porque Anderson es un buen artesano de la serie B más aventurera, con sus puntos altos y sus puntos bajos dentro de la filmografía, y aquí, como que la ráfaga de aire fresco después de la más bien penosa "Resident Evil: Resurrección" le hizo más que bien. La peli sigue el patrón de tantas otras adaptaciones fílmicas, de centrarse en el asunto del collar/pendiente/herretes/whatever de la reina, y se deja fuera toda la segunda mitad de la novela, que trata el asunto del sitio de La Rochelle (en eso, el final con continuará de la peli termina resultando un detalle inesperadamente erudito acá). Lo hace con relativa fidelidad al material (enfatizando el "relativa", vale, y excluyendo los elementos steampunk del asunto), si no en la letra, por lo menos en el espíritu (después de todo los valores de la novela original no están en reflexionar sobre la naturaleza de la vida sino en llevar la acción TO THE EXXXXXXTREME con los recursos literarios del XIX), aunque por supuesto, sigue en esto el patrón de otras adaptaciones que enfatizan el tono heroico por sobre el cinismo subterráneo de la novela original. El resultado final es una aventura de matiné que funciona muy bien dentro de esas coordenadas, y sin exigirle demasiado.

-- En cuanto a la ejecución, la cosa tiene sus pros y sus contras. Tener a Milla Jovovich como Milady de Winter asegura un montón de fanservice (lo que se vuelve algo perturbador si se piensa que en su rol de fetiche sexual está siendo dirigida por... su marido), y la peli lo explota más o menos bien dentro de las posibilidades. De los mosqueteros, el joven Logan Lerman no está especialmente mal como Dartagnan, aunque resulta un poco desabrido (el chico protagonizó "Percy Jackson y el Ladrón del Rayo", por más señas). A cambio tenemos a Matthew Macfadyen inmenso como Athos, aguantando la putada de su amante Milady y robándose la peli para sí en la cara del prota mismo (y los otros dos mosqueteros también se ubican del lado positivo). Christoph Waltz resulta un Richelieu algo frío (¿un actor alemán interpretando a un cardenal francés...?), y Mads Mikkelsen consigue que lo odiemos como el siniestro Rochefort. Pero la gran revelación aquí es Orlando Bloom actuando completamente en contra de sus precedentes como Legolas en "El Señor de los Anillos" y Will Turner en "Los Piratas del Caribe", dándole vida al villano Buckingham de una manera bombástica que resultaría hasta ridícula, si no fuera porque él termina hasta haciendo simpático al pobre petulante ése (otro detalle erudito aquí: el Buckingham histórico quizás no tuviera risitas de villano, pero sí parece que era un tipo bastante fatuo y pagado de sí mismo). Sumémosle una banda sonora que no es lo más grande que he escuchado en la vida, pero que cumple bien para los estándares de una peli aventurera, y lo más importante, no trata de dejarnos sordos atiborrándonos de golpes de tambores y orquesta, y tenemos un producto de entretención bastante aceptable. ¿Deberías entonces ir al cine para verla? La respuesta depende. Si eres un zelota de la novela original o de "Los Tres Mosqueteros" de 1993, la respuesta es claramente negativa, porque las adiciones y detalles te van a caer como patada en el estómago. Pero si estás dispuesto a dejarte llevar en una peli aventurera que durante un par de horitas te va a sacar de la realidad y hacer que le tomes cariño a un grupo de buenos luchando para sacar la victoria en la cara de la adversidad de los villanos de turno, entonces sí que andamos bien acá.

IDEAL PARA: Ver la leyenda de los tres mosqueteros aceptablemente modernizada para los estándares de inicios del siglo XXI.

domingo, 1 de enero de 2012

"El tesoro de la Sierra Madre" (1948).


-- "The Treasure of the Sierra Madre". Estados Unidos. Año 1948.
-- Dirección: John Huston.
-- Actuación: Humphrey Bogart, Walter Huston, Tim Holt, Bruce Bennett, Barton MacLane, Alfonso Bedoya, Arturo Soto Rangel, Manuel Dondé, José Torvay, Margarito Luna.
-- Guión: John Huston, basado en la novela de B. Traven.
-- Banda Sonora:

-- "El tesoro de la Sierra Madre" en IMDb.
-- "El tesoro de la Sierra Madre" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un yanki anda dando vueltas en México. Ya lo veo venir, es que ustedes han visto muchas pelis antes. ¿De turismo? No... ¿Salvando a los mexicanos de sí mismos y sus corruptos líderes mientras cantan ayayay con agradecidos mariachis y apetecibles damiselas? Tampoco. ¿Rodando una peli ambientada en Chile? Pues, tampoco. Sí, es una peli rara. Y se va a poner más raro cuando les diga que este yanki no está llevando la civilización a los pobres compañeritos del sur ni mucho menos, sino... malviviendo. Ya sé. No me creen. Lo escribiré de nuevo: malviviendo. Lo escribiré una vez más, porque ustedes saben que a los yankis no se los ve así en el extranjero. Allá va: mal-vi-vien-do. El caso es que las cosas están malas para los gringgous, y pues qué se le va hacé, pues que así está de chingada la vida... Por eso se mete a trabajar para una obra yanketa en México, sólo para aprender la lección de que el capitalismo salvaje funciona para los yankis si estos yankis están en la cúspide de la cadena alimenticia, no si están, ya lo saben... malviviendo. Eso es. Entendieron el punto. El caso es que nuestro personaje está a punto de dejarse caer de hambre, cuando por una serie de circunstancias, acaba tejiendo buenas migas con un coleguete, además de con un buscador de oro. Se sabe que para ciertos pagos de la Sierra Madre, nadie ha buscado oro, de manera que es posible hallar un filón allá, con un poco de suerte... y con una buena inversión. Pero... ¡cuidado!, dice el viejo buscador de oro. Que en primera, la ilusión del oro se lo lleva por delante a uno, más o menos como las tragaperras y las perras de Las Vegas, y en segunda, una vez que se encuentra el oro... surgen los fantasmas, las ambiciones, el odio por tener un gramito más. Los otros dos dicen que naaaaaa, que cómo tanto, que van a ser buenos compañeros y tó. Y como el buscador de oro se ha ganao y perdido fortunas, y tanto más le da el tema, si lo que le apasiona es la búsqueda en sí, se une al grupo. Así es que parten los tres rumbo a la Sierra Madre. En donde encontrarán el oro. Y problemas. Y su destino. Y la inmortalidad en este clásico de 1948 de la Warner...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

B. Traven es uno de los escritores más desconcertantes de la Literatura Universal. No quiero decir el más grande o el mejor, aunque cada uno de sus libros deja caer verdades como puños acerca de la condición humana, con algo a mitad de camino entre la resignación existencialista y el cinismo socarrón. Y para complementar esta estampa de escritor escribiendo sobre temas malditos (la condición humana, el pesimismo inherente a la naturaleza humana, etcétera), el hombre nunca dio a conocer la cara, nunca dio entrevistas, y hasta el momento de escribir estas líneas ni siquiera estamos demasiado seguros de cuál era la verdadera identidad del hombre que se escondía tras el seudónimo de B. Traven (sí, señores, tenemos a un escritor que no está ávido de subvenciones ni hambriento de cámaras ni despotricando contra los filisteos que no entienden su magna obra, sino a un tipo verdaderamente preocupado de la Literatura... y el mundo no se acabó, figúrense). Esta rara avis vendió los derechos de una de sus novelas, "El tesoro de la Sierra Madre" precisamente, para una adaptación al cine. Cayó en las manos de John Huston, hombre que ya había legado a la posteridad ese gran clásico policial que es "El Halcón Maltés" (protagonizada por Humphrey Bogart, así es que acá en "El tesoro de la Sierra Madre" repite la dupleta Huston-Bogart). El resultado, una peli inmortal allí por donde se la mire.

¿POR QUÉ VERLA?

-- ¿Qué hace a una peli universal, ser verdaderamente universal? Ya puestos, a cualquier obra de arte, pero ya que estamos, hablemos de pelis. Probablemente sea un delicado equilibrio entre contar historias cotidianas (o no tanto, que también existen el cine histórico y la Ciencia Ficción) sin desvirtuarlas con demasiados elementos fantasiosos, pero extrayendo algunas verdades universales y válidas para todos los seres humanos en el camino. No es tarea sencilla, y por eso, por cada clásico que se rueda hay 200 o 300 que, aparte de algunos reivindicacionistas acérrimos como vuestro seguro servidor el General Gato, pasarán sin mayor pena ni gloria. "El tesoro de la Sierra Madre" es una de las pocas pelis que se han rodado que merecen verdaderamente el calificativo de universales. Sus peripecias están firmemente enraizadas en un medio ambiente y época (el México de los '30s), y sus personajes son también tres gringos representantes del período y ambiente, pero a poco de andar, el viaje de los personajes hacia la soledad se transforma en un periplo metafísico hacia el interior de ellos mismos. Llega un minuto en que, a pesar de ver gringos y mexicanos, nos olvidamos de que estamos frente a tales, sino que vemos simples seres humanos, desnudos en su miseria, prisioneros de su descenso personal a los infiernos. El viaje hacia la veta, el hallazgo del mineral, el trabajo para explotarlo, y las posteriores rencillas entre los triunfadores ebrios de más, reflejan como pocas veces en el cine todas las miserias que se pueden esconder las personas bajo su capote, y que generalmente no salen gracias a esa delgada pátina de costumbres que llamamos "ser civilizados", pero que en determinadas situaciones se triza para dejar al descubierto lo que verdaderamente es una persona, aquel viejo adagio hobbesiano de que el hombre es el lobo del hombre. Es una visión pesimista de la condición humana, vale, pero si no fuera así, los libros de Historia Universal serían notoriamente más delgados (les habríamos expurgado las guerras, las intrigas, los asesinatos, las masacres, los genocidios... bien mirado, todo lo que hace entretenida a la Historia, vaya). Llega el minuto en que el oro es apenas un pretexto, casi un mcguffin, y lo verdaderamente importante aquí es la ambición, la codicia, el quiero ser más a costa de todo. Ese ambiente, esa mentalidad, esa naturaleza humana, esta peli la refleja como pocas. Si hubiera una invasión extraterrestre a la Tierra y hubiera que salvar las 20 pelis más representativas de lo que es la Humanidad, probablemente "El tesoro de la Sierra Madre" debería ir en el paquete. Los pesimistas dirán que como estudio frío y cuasi metafísico de la naturaleza humana. Los optimistas, como un recordatorio de las cosas que los seres humanos no deberíamos hacer, pero en determinadas circunstancias sí somos capaces de. Sea cual sea, esta peli es un must-see.

-- John Huston. El hombre es un director de talante bastante neoclásico, a un tiempo fascinado por la puesta en escena correcta y el trabajo de edición draconiano, y además frío como el culo de una foca. Era por lo tanto el mejor hombre para rodar esta peli, y se nota. La mirada de Huston sobre sus personajes, sobre los tres buscadores de oro abandonados a sus propios impulsos y bajas pasiones, es gélida y despiadada, casi como de entomólogo abriendo a sus bichos con bisturí. Huston se toma su tiempo para ponernos en ambiente, hacernos ver la cochina vida de sus protas para que les tomemos simpatía, y una vez que nos hemos encariñado con ellos, y les vemos hacer el viaje y queremos que triunfen, empieza a mostrar su lado más oscuro y retorcido, provocando justamente el efecto buscado: desconcierto, irritación, asco. Pero Huston en ningún minuto festeja o condena a sus personajes: se limita a describirlos, y que el espectador se tome sus propias conclusiones. El final de la historia, que no develaré para no lanzarme un spoiler (aunque quienes hayan visto el gran homenaje que se mandaron con el episodio de los tres niños y el comic del Hombre Radioactivo N° 1 en "Los Simpsons", ya tendrán una intuición sobre cómo acaba la cosa) es en cierta medida el más lógico y el más merecido, pero también es el más amargo porque a las últimas no hay héroes ni villanos en esta tragedia, sino apenas seres humanos. Y eso se debe fundamentalmente a la maestría de un John Huston iluminado como pocas veces en su carrera (y estamos hablando del director de "El Halcón Maltés" y "Moby Dick", pelis ambas cualquiera de las cuales le hubiera asegurado en solitario un lugar en la Historia del Cine), que crea una peli con pulso y nervio dramático desde sus rastrosos comienzos hasta su terrible final. (P.D.: Si ya adivinaron el final, véanla igual. Esta peli es de ésas que aguantan más de un visionado sin problemas, y de hecho, saber el final hace que en segundas revisiones le encuentres todavía más aliento a la historia).

-- Humphrey Bogart. Estamos lejos del cínico y amoral Sam Spade que interpretó en "El Halcón Maltés", o del duro-pero-sentimental Phillip Marlowe de "El sueño eterno". Su Dobbs es lo que en buen y castizo romance llamamos "un maldito y grandísimo cabrón hijo de puta", pero como le hemos visto antes del comienzo de la aventura y sabemos de qué pie cojea, además de ayudado por la gran interpretación de Bogart, llegamos no diré a empatizar con él, pero sí al menos a comprenderlo y sentir piedad por el pobre desgraciao. Tampoco es como es porque "el sistema" o "el capitalismo" ni ninguna de esas zarajandas, sino simplemente porque es un ser humano, y como tal tiene sus virtudes y defectos: es valiente y arrojado cuando se le necesita, pero también egoísta y desconfiado, y esta lucha del hombre torturado por sus propios demonios lo convierte en un personaje inmenso como la vida. Uno podría pensar que Bogart se lo traga todo a su alrededor, pero no: a su lado sobrevive incólumne el gran personaje del minero experto en mil y una lides, interpretado por Walter Huston como un pobre tipo que hace rato ha perdido el verdadero sentido de la búsqueda de oro (hacerse rico para disfrutar la riqueza) y ha convertido la aventura de hallarlo en un fin en sí mismo, hasta el punto que si llegara a obtener una veta, es poco probable que eso lo aquietara y al poco partiría por más. Este personaje, en el fondo un yonketa buscaadicto, también es pintado con vivos colores humanos por el actor que (no, el apellido no es coincidencia) es el padre del director John Huston.

IDEAL PARA: Ver una de las pelis más interesantes sobre la condición humana.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en inglés, sin subtítulos].



-- Encuentro con unos mexicanos [en inglés, sin subtítulos].

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