11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

jueves, 6 de marzo de 2014

"El ciudadano Kramer" (2013).


-- "El ciudadano Kramer". Chile. Año 2013.
-- Dirección: Stefan Kramer.
-- Actuación: Stefan Kramer, Paloma Soto.
-- Guión: Javier Estévez, Cristián Jiménez y Stefan Kramer.
-- Banda Sonora: Alejandro Brownell y Javier Bassino.

-- "El ciudadano Kramer" en IMDb.
-- "El ciudadano Kramer" en la Wikipedia en español.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Stefan Kramer tiene una rutina tan-pero-tan-pero-tan, que los famosos SE MUEREN GALLAH por ser imitados. Tanto, que hasta Pablo Zalaquett se sube al escenario y quiere que el Kramer haga el III-I... (er... no, no es 3-1 en números romanos, es varias letras íes, la tercera vocal, la iota... bueno, iii-í, así como chilloncito y tal)... en fin, decíamos que Zalaquett se sube al escenario de Kramer a chupar cámara y que Kramer lo imite con el iii-í (bueno, en realidad Kramer imitando a Zalaquett subiéndose al escenario de Kramer a chupar cámara y que Kramer imite a Kramer imitando a Zalaquett con el iii-í... joer, es admirable que este tipo haya rodado ya DOS largometrajes sin terminar con crisis de personalidá). El caso es que el Kramer está hasta más arriba del paracaídas con el iii-í, así es que decide que para la próxima función va a cortar a Zalaqué como personaje. ¿Y esto qué importancia tiene para la trama? Ninguna, ninguna, no se preocupen por esto (prepárense, el resto de la peli va por las mismas). En paralelo, igualito que la peli del Yéim Cámeron, aparece un mono pilucho del futuro, que se disfraza y es... ¡Rodrigo Hinzpeter! (Bueno, Kramer imitando a Rodrigo Hinzpeter, ya me entienden). El que va a hablar con Don Carlos (Carlos Larraín, así sin apellido... bueno, Kramer imitando a Carlos Larraín, eso es) y Don Camilo (Camilo Escalona, así también sin apellido), porque en el futuro Kramer SERÁ PRESIDENTE. Y por supuesto, implementará todas las medidas que traerán la paz, la justicia y la democracia a Chile, y redimir a la Humanidad de sus pecados no que es el Kramer y no el Cristo, aunque casi. Así es que Robohinzpeter quiere ir y mat... er, term... er, elim... er, NEUTRALIZAR a Kramer para que en Chile no haya paz ni justicia ni democracia, y en definitiva todo siga igual. El Kramer mientras tanto está erre-con-erre buscando un nuevo concepto para un nuevo show. Ah, y a todo esto, la señora, la Paloma Soto, hace lo que toda señora de bien hace con sus mariditos, a saber, hincharle y jorobar la pita, porque para qué quiere mujeres uno en su vida si no es para hincharse y jorobarse la pita. En este caso, con que el Kramer es un tronco insensible egoísta que sólo piensa en sí mismo (bueno, o sea, a ver, estamos hablando de un artista que se presenta en un escenario, ¿qué artista que se presenta en el escenario NO ES un tronco insensible egoísta que sólo piensa en sí mismo?). El caso es que el Kramer en lo único que piensa es en su nuevo espectáculo, así es que la señora le tiene la terapia ideal: llenarle la casa de hijos adoptivos en plan Michael Jackson o Angelina Jolie, para meterle HUMANIDAD y BUENOS SENTIMIENTOS como sea, incluso A LA FUERZA. El caso es que llega un dirigente sindical a hablar con Kramer, acerca de que utilice sus recursos para hacer una campaña política y tal, porque la gente lo sigue, blablablá, y el Kramer como que se le ilumina el foco y se dice que ESO ES. ¡¡¡EL NUEVO ESPECTÁCULO SERÁ EL CANDIDATO KRAMER!!! La cosa funciona más o menos bien, hasta que de pronto aparece el Robohinzpeter (a estas alturas del partido ya ni sabemos si es Hinzpeter, si es Kramer imitándolo, o si es un robot de verdad, porque por Bastet qué deshumanizado el hombre para hablar, moverse y respirar) y le cancela el espectáculo. Con un número musical estilo The Simpsons, sólo para que todo sea un poco más doloroso. ¿Estará derrotado Kramer? ¡No! Porque aparece MEO (bueno, Kramer imitando a Marco Enríquez Ominami, eso es) y le dice que la mejor manera de seguir con el show del candidato Kramer es... ¡que Kramer mismo se inscriba de candidato de verdad para las elecciones! La guerra por el futuro de Chile ha comenzado, y lo que es más importante, la guerra porque Kramer se supere a sí mismo como persona, y lo que es todavía más importante... tratar de tomarse al asalto la taquilla.

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En ese yermo de rampante mediocridad que algunos geógrafos rotulan como CHILE TIERRA LARGA Y ANGOSTA en sus mapas, de tarde en tarde surge alguna gran figura que se eleva por encima del nivel general y se transforma en pater et magister que señala nuevos caminos para la Humanidad. Un Vicente Huidobro. Un Claudio Bravo. Un Claudio Arrau. Un Hernán del Solar. Un General Gato. Y en este último tiempo, un Stefan Kramer. El hombre ha tenido un talento único para empinarse dentro de la cadena alimenticia chilena y mantenerse arriba no gracias a su tamaño mamario como una Marlen, a ser la hermana de alguien como una Diana, o a ser la hija de alguien como una Evelyn. No, señores, Stefan Kramer ha llegado hasta donde está a punta de pulso y talento (bueno, a saber qué tanto haya influido que su apellido sea un suizo Kramer en vez de un castizo Quintanilla o un autóctono Chuchoqueo, pero a partir de ahí, ha sido por puro talento, y sus triunfos se los ha ganado bien ganados). En 2012 se estrenó su primera película, "Stefan vs. Kramer", en lo que puede ser considerado como su consagración, al nivel de "Rojo: La película" o similar. A la peli le fue tan bien, que de ahí se engendraron no uno sino DOS proyectos sucesores. Uno fue "El derechazo", que era de los creadores de "Stefan vs. Kramer" pero sin Kramer, y otro fue "El ciudadano Kramer" pero sin los creadores de "Stefan vs. Kramer", nos suponemos... (no, nosotros tampoco entendemos nada). Ambas sobre la elección presidencial 2013. A "El derechazo", parece que le fue algo de bien. Al menos duró más de dos semanas en cartelera, una gran cosa para una peli chilena (creo que fueron tres, cuatro a lo sumo, eso sí, lejos de los como dos o tres meses de "Thor: Un mundo oscuro"). Aunque no tan bien como para tener su propia página en la Wikipedia en español, ni siquiera perpetrada por los propios tipejos de "El derechazo", como lo sabe o adivina cualquiera que lea esas odas elegíacas disfrazadas de páginas de Wikipedia que el interesado o sus acólitos o amigotes escriben respecto de infrabandas, infracine o infralibros en español. ¿Y "El ciudadano Kramer"? Cerca de 700.000 espectadores, la peli chilena más vista en Chile en 2013 y la tercera más vista en el mesmito país que estamos, ehm, mencionando. Nada de mal para una peli hecha desde el inicio con una vocación de "agarra el dinero y corre", incluso más que "Stefan vs. Kramer" que, sospechamos, soportará mejor el paso del tiempo.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Partamos de la base de que esta peli, al igual que "Stefan vs. Kramer", está concebida para mayor gloria y cánticos celestiales amén del señor Stefan Kramer. Un poco como las pelis de Cantinflas en realidad no se supone que sean gran cine, sino un vehículo para las gracietas de Cantinflas. Desde esa base, el que vea esta peli buscando un gran argumento, estupendos diálogos o situaciones descacharrantes, está perdiendo su tiempo aquí. Ahora bien, pasa un poco lo que pasaba con "Stefan vs. Kramer", que estando el humorista muy por encima del material, la peli se deja ver con agrado como una exhibición del poderío artístico de uno de los leviatanes de la comedia chilena, un verdadero Peter Sellers con sabor a vino tinto y empanadas. El problema es que quizás "Stefan vs. Kramer" era un poquito más universal, mientras que ésta es demasiado contingente. Habla sobre la elección presidencial de 2013. El grueso de los chistes están pasados de moda no digamos para la elección de 2017, sino incluso al día siguiente de la segunda vuelta electoral (que fue en diciembre). Además, tenemos algunas decisiones desacertadas, como por ejemplo meter un par de números musicales a pito de nada, únicamente por darse el gustito de clavarle el WTF en toda la cara a la audiencia (porque los veteranos en esto hemos tenido que bancarnos temporadas completas de "Los Simpsons" y "Padre de familia" en donde la excelente comedia se ve interrumpida por esos molestos números musicales que para colmo son del ya ultrarrequetecontraquemado vodevil, porque en estas pelis "con número musical" no hemos pasado de los tiempos del Fred Astér). La idea de parodiar a "Terminator" en sí no es mala, pero considerando que la peli de James Cameron ha sido también parodiada hasta la saciedad, hubieran podido tratar de explotarla e hincarle el diente un poquito más. La peli intenta hacer un poco de crítica social, y de hecho deja a la clase política a la altura del betún para zapatos (aunque considerando la todavía más escasa altura de la clase política chilena, quizás le querían hacer un favor a los señores políticos), aunque el discurso final es algo debilucho. Aquí es más notorio que Stefan Kramer trata de convertir su comedia en vehículo de ideas sociopolíticas, al igual que pasa con algunas comedias de Cantinflas (sospechosamente, la arista de crítica social que tienen las pelis de Cantinflas siempre suele barrerse bajo la alfombra a la hora de hacer esos recuentos inocuos de la TV farándula), pero le faltó terminar de cuadrar el cuadrado. En manos de un prota menos dedicado, esta peli hubiera sido de seguro un desastre. Si no lo es, es por supuesto gracias al talento enorme de Stefan Kramer para recrear cincuenta millones de personajes distintos (la cosa llega a extremos de ridículo escalofriante cuando Don Francisco mismo haciendo un cameo parece menos Don Francisco que Kramer imitando a Don Francisco, y eso considerando la máscara de Día de Brujas que tratan de hacer pasar por maquillaje y too). Esta peli está bien si uno quiere ver a un actor talentoso demostrando su talento a tope, un poco de la misma manera como uno perdona que las pelis de karatekas no tengan mucho argumento si es que el karateka es bueno dando golpes de karate. Pero después de "El ciudadano Kramer", queda claro que es un talento criminalmente desperdiciado. Esa capacidad de trabajo, ese camaleonismo para interpretar personajes, estarían mucho mejor servidos en una peli con, digámoslo así... argumento. Uno con mejores diálogos, más universal, menos anclado en la referencia pasajera. Las pelis de Cantinflas llevan el grueso de ellas más de medio siglo a cuestas y todavía se ven con gusto por ese elemento universal que tienen (y por qué no decirlo, por la crítica social vertida a chorro en donde a los poderosos se los combate con la risa y el humor, para contraponerse al lenguaje del poder que siempre es un lenguaje SERIO). Mucho me temo que las pelis de Kramer van a estar demodé mucho antes de eso. Ya "Stefan vs. Kramer" va por esa ruta, y es posible que "El ciudadano Kramer" la recorra incluso con mayor precipitación.

IDEAL PARA: Admirar el talento soberbio de Stefan Kramer caracterizándose en una tonelada de roles distintos.

OTRAS PÁGINAS SOBRE "EL CIUDADANO KRAMER":

-- "¿Para quién trabaja Stefan Kramer?" en El Ciudadano.

VIDEOS.

-- Trailer de la peli [en ese infradialecto del español llamado chileno].


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