11 años de Cine 9009 en línea.

El próximo 19 de febrero de 2017, Cine 9009 cumplirá once años en línea. Sí, jodíos, cuéntenlos, once en total desde su inauguración en el ya lejano 2006. Y para celebrar, estamos embarcados en una minimaratón de posteos. De manera que entre el domingo 12 y el domingo 19 del febrero que ya mencionamos, habrá un posteo nuevo con una peli nueva cada día, en donde aprovecharemos de repasar algunas que vimos en el cine, y que por un motivo u otro no acabaron publicadas en su día. Y a no quejarse de que llegó demasiado tarde, que ya no las podemos ver en el cine y otras cosas. También está el cable, el streaming, los DVDs para los cuatro gatos que todavía los compran, y... er... well... medios menos legales para conseguírselas. Además, si fuera por eso, no habría posteado pelis de cine mudo que se estrenaron hace sus buenos 90 o 100 años atrás. De manera que... disfruten, y saludos para todo el mundo (eeeeeexcepto para ese perejil de allá... sí, tú, a tí te hablo... el de la IP chistosa... te reconozco, eres el imbécil que no apagó el smartphone el otro día en el cine. Cretino. Pero para el resto, saludos).

viernes, 19 de enero de 2007

"Un esposo ideal" (1999).


-- "An ideal husband". Estados Unidos / Inglaterra. Año 1999.
-- Dirección: Oliver Parker.
-- Actuación: Cate Blanchett, Minnie Driver, Rupert Everett, Julianne Moore, Jeremy Northan, John Wood, Peter Vaughan.
-- Guión: Oliver Parker, basado en la obra de Oscar Wilde.
-- Banda Sonora: Charlie Mole.

-- "Un esposo ideal" en IMDb.
-- "Un esposo ideal" en la Wikipedia en inglés.

¿DE QUÉ SE TRATA?

Un hombre cuyo gesto más recurrente es una afectada desidia por la vida en sociedad, y la vida en general (su mejor parlamento es afirmarle a su anciano criado que el amor por uno mismo es el comienzo de un romance para toda la vida), se levanta para asistir a un evento social y hacer gala de la más calculada frivolidad. Pero le espera una sorpresa. Una pizpireta dama de su pasado anda dando vueltas. Y no se trae propósitos muy santos. Sucede que ella ha hecho una fuerte inversión en un proyecto para construir un segundo canal de Suez, pero en Argentina. El amigo común de ambos, que es un político, se opone, y su veto al proyecto podría echarlo abajo. Lamentablemente este amigo, que es tan influyente y un hombre tan fino, pulcro, correcto y elegante, tiene un trapito sucio: su fortuna surgió de una operación que involucra una indigna traición de confianza. Como la dama pizpireta está ansiosa en que su inversión rinda frutos, no se detendrá ante nada, ni siquiera la extorsión, para echarse una bonita suma en la falquitrera. El político encumbrado está en un tris, porque no sólo su carrera política sería destruida, sino que perdería el amor de su amantísima mujer. Y ahora, ¿quién podrá defenderlo? Adivinaron: el jovencito frívolo y alérgico al matrimonio deberá ir al rescate, porque verán, en el fondo tenía su corazoncito, aunque eso le signifique el riesgo de caer en las pegajosas redes de la chantajista y llevársela al altar...

EL ESPÍRITU DE LOS TIEMPOS.

En su tiempo, a finales del siglo XX, esta comedia basada en una obra de Oscar Wilde pasaba por ser un divertimento, un juguete cómico, una comedia de enredos con los resortes dramatúrgicos que eran viejos en la época de Menandro y Plauto. Pero a medida que nos hemos ido adentrando en el siglo XXI, no deja de tener algunas connotaciones bastante oscuras. En principio ninguno de los personajes puede ser considerado un villano prototípico, y sin embargo, no sería el primer caso de un político encumbrado que tiene más de alguna mugre escondida bajo la alfombra. Hay uno que se ocupó tan diligentemente de limpiar esa mugre y vestirse con la sábana de Cristo y la bandera de su patria, que llegó a Presidente de los Estados Unidos y le declaró la guerra a Irak... Oscar Wilde es un autor hoy en día terriblemente actual porque, no lo olvidemos, es un representante típico, casi folclórico, de la época victoriana tardía, antesala de esa verdadera tierra de nadie cultural inglesa que fue la Era Eduardiana, cuyo hijo más ilustre fue el acomplejado John Barrie (el creador de Peter Pan, que era él mismo un peter pan en la vida real). En Oscar Wilde se cebó toda la hipocresía social, y por otra parte, él mismo sufrió la prisión de saberse un genio en una sociedad dominada por la mediocridad y el artificio. Defenestrando los reality show de hoy en día, Wilde se hubiera sentido a gusto.

¿POR QUÉ VERLA?

-- Es una adaptación bastante fiel al espíritu wildeano. O sea, se trata de personajes artificiosos y paradójicos, en donde bondad y maldad se confunden en una verdadera nube de ambigüedad moral. Toda esta situación, de la que cualquier escritor a soldada hubiera sacado toda una tragedia, Wilde la transforma en una comedia que por el mismo hecho de ser tal, tiene aún más garra. El señor Oliver Parker entendió bien esto, y le dio un tratamiento deliberadamente frívolo a la película. Mención aparte merece un guiño metatextual dentro del filme: en una escena, los personajes acuden al teatro, y mientras sostienen una conversación en un palco, en escena está representándose "La importancia de llamarse Ernesto", también de Wilde, y que como "Un esposo ideal", data también de 1895.

-- El elenco está en su gloria. Cierto es que tal colección de estrellas es de lo más granado que podía conseguirse, pero además de eso, trabajan como un solo hombre para sacar adelante esta película. Rupert Everett (el amigo gay de Julia Roberts en "La boda de mi mejor amigo") hace un glorioso papel como jovencito afectado y desaprensivo, en las antípodas de su deleznable rol contemporáneo como el Dr. Claw del "Inspector Gadget". Jeremy Northam compone un correctísimo papel de atribulado lord inglés. De las chicas no se puede decir sino elogios: a Julianne Moore le quedan tan bien los roles de malvada como los de heroína, Cate Blanchett despliega todo el encanto de una gran dama, y Minnie Driver roba cámara casi por sí sola, a pesar de que su rol es, en estricto rigor, secundario dentro de la trama.

-- Ya mencionamos el trasfondo filosófico o moral de la película, que se aleja de los cánones del bueno vs. el villano. Esta es una obra con personajes que, a pesar de estar dibujados con trazos de comedia, son en el fondo seres humanos, con aristas positivas y negativas. Incluso hasta la villana oficial, en el fondo, resulta un personaje simpático y querible.

IDEAL PARA: Reirse desenfadadamente de las miserias de la alta sociedad (y desde abajo, créanme, se ríe mejor).

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